LOS LUNES AL BOX: GRAN PREMIO DE RUSIA 2020.-
La décima prueba del año llevaba a la F1 a Rusia y su plano circuito de Sochi. Plano en muchos sentidos, no sólo en cuanto a relieve, sino también referido a las emociones. Una pista plagada de curvas de noventa grados, en el que sólo la parabólica a izquierdas que va de las curvas 2 a 5, y la peliaguda combinación de la frenada de la curva 14, con la contraperaltada de la 15, dan cierto interés. El resto es tracción y dominio de Mercedes, que desde 1913 no ha dejado de ganar en todo lo que lleve el título de Gran Premio de Rusia.
Pero sin duda la noticia que saltó durante la semana y se confirmó a las 15:05 del viernes fue que Stefano Domenicali pasaría a ser el consejero delegado de la F1 a partir del 1 de enero de 2021. El jefe de la competición, dicho de otro modo, sustituyendo a Chase Carey. Domenicali, nacido nada menos que en Imola hace 55 años, creció en el seno de Ferrari donde desembarcó en 1991, llegando a ser el director deportivo en 2008, año del último título ganado por la Scuderia –el de Constructores-, en un movimiento que dejó fuera del puesto a Ross Brawn. Allí estuvo, dirigiendo los designios de la Scuderia hasta que el 14 de abril de 2014 fue despedido fulminantemente: los resultados del equipo habían ido yendo cada vez a peor, tocando fondo con el pésimo monoplaza que fue el F14-T.
Desde ahí, ese mismo año, pasó a Audi, y poco después a dirigir el rumbo de una de las marcas del grupo, Lamborghini, curiosamente la gran rival italiana de Ferrari. El trabajo de Domenicali con la firma del toro fue impecable, logrando un importante resurgir de la marca. Sin duda, su llegada a la F1 responde a la corriente en la que los puestos clave están siendo ocupados por personas con un profundo conocimiento del deporte y su idiosincrasia –Brawn, Tombazis…- Curiosamente, Domenicali le gana la partida a Toto Wolff, con quien se habían tenido conversaciones. No faltan voces que quieren señalar la ‘Ferrarifilia’ que puede afectar a Domenicali, pero éste ha demostrado sobradamente ser un buen gestor –al menos en Lamborghini- y desde luego un carácter afable y dialogante, que es tan bueno como puede ser negativo en un mundo de despiadadas pirañas como es el paddock de la F1.
Mientras tanto, el sol brillaba en la vacacional localidad de Sochi. La pista, que prácticamente no se usa durante el año, estaba muy ‘verde’ en la primera sesión de entrenamientos libres, y dejó algunos accidentes fuertes entre numerosas salidas y trompos. El primero, Carlos Sainz, a la media hora de la sesión, que golpeó de espaldas con las barreras de la curva 8, destrozando el alerón trasero y provocando un coche de seguridad virtual para retirar algunas piezas. El otro, mediada la sesión, fue el de Nicholas Latifi, que golpeó en este caso lateralmente en la curva 11, dañando severamente el Williams y provocando una bandera roja que condicionó bastante la sesión.
Sesión que vio a Valtteri Bottas dominar con mano de hierro con un tiempo de 1’34’’923, dejando a Ricciardo y Verstappen a más de medio segundo, mientras que Lewis Hamilton no marcó un registro competitivo con los blandos, tras un error en su vuelta, lo que le condenó al decimonoveno lugar a 2’793 segundos de su compañero. Obviamente, no era real. Los Racing Point daban señales de un buen ritmo, mientras Ferrari seguía perdida, esta vez Vettel por delante de Leclerc, pero pese a las pequeñas mejoras introducidas, sin un salto cualitativo.
Así que la primera sesión se vio condicionada por los accidentes, de modo que fue la segunda sesión la que dejó una idea más clara de la situación. Y, como era de esperar, la imagen fue demoledora: Mercedes arrasaba en velocidad y en ritmo. Pero vayamos por partes. En el que es probablemente su mejor circuito –aquí obtuvo su primera victoria en 2017-, Valtteri Bottas siguió dominando la tabla, esta vez con un 1’33’’519 que dejaba a 0’267 a Lewis Hamilton. Pero sobre todo, lanzaba al tercero, Daniel Ricciardo con su Renault, a 1’058 segundos. Cierto es que la sesión se vio también desdibujada porque Max Verstappen no marcó un tiempo válido con los blandos –quedó séptimo a 1’529 segundos-, con errores en la curva 2 en un intento, y trompo en la curva 15 en otro. Pero el golpe en la mesa era claro para los pilotos e Mercedes: su tiempo era tan bueno, que se adivinaban como el único equipo capaz de pasar a la última sesión de clasificación con el neumático medio, lo que estratégicamente podría ser muy valioso.
Renault siguió en buena forma a una vuelta, si bien suelen rodar con el monoplaza liviano, mientras que Carlos Sainz y Lando Norris se encaramaron a la cuarta y quinta posición, en ausencia de Red Bull y de unos Racing Point algo menos firmes en esta sesión, con Stroll –con el RP20 evolucionado- en decimoséptimo lugar. Los Ferrari, con Leclerc delante de Vettel, seguían sufriendo, aunque parecían asentado en la zona central de la tabla, con alguna opción de pasar a la última sesión de clasificación, al menos en el caso del monegasco.
En cuanto al ritmo de carrera, el de Mercedes era intocable, aunque con notas interesantes. Hamilton era más rápido con el blando y el medio, pero Bottas era capaz de marcar un ritmo espectacular con el duro, dejando por ejemplo a Sainz a casi un segundo, o a Vettel a 1’8. Los Red Bull, gracias especialmente a Verstappen, se adivinaban como la segunda fuerza, pero a una distancia de cerca de un segundo, con los Racing Point que se intuían por poco a la cabeza del grupo medio, en cerrada lucha con McLaren, Renault y Alpha Tauri. La cuestión era el rendimiento con el medio y duro, y ahí la variable era tan amplia que hasta Alfa Romeo se encontraba en tiempos con Ferrari, en lo que se adivinaba otro fin de semana de competición entre las dos firmas que, histórica y comercialmente, tan unidas están.
El sábado lucía el sol para la tercera sesión de libres. Y Valtteri Bottas mantuvo su buena sintonía con Sochi durante gran parte de la sesión, hasta el momento en el que todos los pilotos hicieron un ensayo de vuelta rápida. Ahí fue Lewis Hamilton el que con un tiempo de 1’33’’279 que dejaba a Bottas preocupantemente lejos: a 0’776 segundos. Lo preocupante para Mercedes quizás no era esto, sino que el tercero, Carlos Sainz, estaba a 0’817 segundos de Hamilton, y por lo tanto muy cerca de Bottas. ¿Preocupante? Bottas tenía que haber cometido algún error, pero en realidad no lo había hecho.
Había más sorpresas, aparte de Bottas y el gran tiempo de Sainz. Por ejemplo, que Verstappen estuviese sexto a 1’027 segundos. El circuito de Sochi quizás no es el mejor para ensalzar las virtudes del Red Bull, pero por otro lado, no era, ni podía ser, tan poco propicio. El tiempo de Albon no contaba, puesto que su mejor vuelta fue eliminada. También sorpresa en la Scuderia Ferrari con el reluciente séptimo lugar de Sebastian Vettel, superando holgadamente a Leclerc –decimosegundo- aunque dañando el suelo de su SF1000 al salirse en la última curva. Mejor esperar a la realidad que siempre ofrece la clasificación.
Una clasificación que se disputó con unas nubes cerradas que incluso dejaron alguna gota de lluvia durante la sesión. Cuando Lewis Hamilton, que venía de amenazar en la tercera sesión, afrontó su primera vuelta lanzada, cometió un error en la curva 14, pasándose estrepitosamente de frenada, lo que le obligó a remendar la situación en su segundo intento. Mientras tanto, Bottas había retomado el control de la clasificación, con un 1’32’’656 que acabó siendo el mejor de la sesión. La lucha fue por no quedar eliminado. Ahí, el fallo de Kimi Räikkönen en la curva 3, con trompo incluido que perjudicó a su compañero Giovinazzi, condicionó en parte el resultado. Cayeron Grosjean, Giovinazzi, Magnussen, Latifi y el propio Kimi Räikkönen.
Los dos Ferrari pasaron de ronda pero en decimocuarto y decimoquinto lugar, Leclerc y Vettel, mientras que George Russell volvió a meterse en la segunda sesión con una fantástica vuelta final que le colocó decimotercero. No hubo ninguna sorpresa llmativa.
La segunda ronda de la clasificación casi se convierte en un drama. Los Mercedes y Max Verstappen decidieron probar con los medios para pasar a la última ronda. Y Hamilton marcó un brutal 1’32’’085, pero se salió en la última curva y su tiempo fue anulado. Estaba eliminado mientras Bottas, que sólo mantuvo la rueda delantera derecha en la pista en la última curva, estaba tercero, con Ricciardo en un espectacular primer lugar seguido de Carlos Sainz. Pero esa no era la tragedia, sino el accidente de Sebastian Vettel en su vuelta lanzada al pasar por la curva 5.
El alemán mordió el piano, y el Ferrari se retorció enviándolo sin posibilidad de reacción contra el muro, destrozando el monoplaza. Charles Leclerc lo evitó por poco, y la bandera roja cortó cualquier vuelta en cualquier punto del circuito, entre ellas la de Hamilton. Vettel bajó del coche y se puso a recoger las piezas rotas de su Ferrari. Un error más, en un fin de semana en el que el alemán parecía estar algo más a su nivel conocido. Pero falló otra vez. Quedaban dos minutos y quince segundos-
La cola en la calle de boxes se formó pronto, tanto que Lance Stroll sufrió problemas de temperatura y fue retirado a su box: quedó automáticamente eliminado. Hamilton puso neumáticos blandos para no arriesgar, perdiendo así la cuestión estratégica. Pero antes, desde el decimoquinto lugar, tenía que pasar de ronda. Pasó por meta por apenas un segundo, y se lanzó a por la vuelta, que no fue perfecta sino simplemente segura. Un 1’32’’983 que le colocó cuarto y le salvó de una situación peligrosa. Muy peligrosa.
Mientras tanto, Charles Leclerc cometió un error que le hizo abortar la vuelta. Eso supuso que quedó eliminado, en decimoprimera posición. Otro fin de semana desastroso para Ferrari, que hace un año tenía a Leclerc en la pole position. Al monegasco, además de su compañero de equipo, le acompañaron Kvyat, Stroll y Russell.
Tercera sesión. Sin juegos estratégicos de ningún tipo. Todos con neumáticos blandos, fueran nuevos, como usados en el primer intento para Ocon, Gasly, Norris y Sainz. En realidad, en cabeza, la situación era diáfana: Lewis Hamilton se sacó del bolsillo un 1’1’’391 inicial que dejó a Bottas en segundo lugar a 0’793 segundos. No, no era extraño lo visto durante algún momento del fin de semana: Lewis tenía más, mucho más que Valtteri en el circuito fetiche del finlandés.
De hecho, el piloto del Mercedes W11 número 77 se vio superado por la presión. En su segundo intento fue demasiado agresivo en la curva dos, y saltó sobre el badén exterior de la curva 3. Aún así, mejoró ligeramente su tiempo, apenas dos décimas. Detrás de él, llegó Hamilton, caníbal e intocable, inmisericorde: 1’31’’304, todavía un poco mejor, el récord de Sochi, la pole número 96. Bottas, a unos sonrojantes 0’652 segundos.
Pero hubo más sonrojos para el finlandés. Max Verstappen era el último en arcar tiempo. Su segundo intento es una de esas vueltas a estudiar en las academias de pilotaje para ejemplificar cómo se puede sacar partido de un coche que no está al nivel en un circuito, pero que a una vuelta, ligero, con arrojo, puede dar más de sí. O de como el piloto es todavía importante. Porque el 1’31’’867 que registró el holandés le colocó en segundo lugar, desplazando a Bottas a la segunda fila. Cierto que la larga recta de hasta la curva dos en Sochi permite que los pilotos de detrás puedan atacar con firmeza, pero lo importante no era el día de la carrera, era el ahora. Y en ese ahora, Verstappen dejó su firma. A un nivel mucho más alto que el coche.
En cuarto lugar, superando ya el segundo de desventaja, el Racing Point RP20 sin mejoras de Sergio Pérez, una muy buena posición de salida para el mexicano, que gozaba a priori de un buen ritmo de carrera. Quinto se colocó Daniel Ricciardo, que no pudo mejorar su tiempo del primer intento. Sí que lo hizo Carlos Sainz, pero no le valió para escalar más allá del sexto lugar. Detrás de él, Esteban Ocon, Lando Norris, Pierre Gasly y un decepcionante Alexander Albon. Peor para el tailandés, sufrió una penalización de cinco posiciones por cambiar la caja de cambios, por lo que finalmente partiría en decimoquinto lugar. Misma sanción para Nicholas Latifi, que cayó así al último lugar.
El domingo brillaba el sol para el público congregado en Sochi. Sin embargo, la victoria se decidió antes de que se apagasen los semáforos rojos. En el camino hacia la posición de parrilla, Lewis Hamilton quiso practicar las salidas fuera de la zona habilitada porque tenía mucha goma depositada. Preguntó por radio, recibió permiso de su equipo, y se fue al final del carril de incorporación a la pista. Dos veces. Así que al poco de iniciarse el Gran Premio, recibió dos sanciones de 5 segundos, un total de 10, que le pesarían como una losa el resto de la carrera.
Pero antes, estaba la defensa de su primera posición camino de la curva dos, evitando el rebufo de todos los rivales. Al inglés le preocupaba mucho. Pero al pagarse los semáforos, el Red Bull de Max Verstappen, en la zona sucia, derrapó en exceso. Bottas se colocó de inmediato a la estela de Hamilton, mientras Verstappen trataba de recomponerse, y Carlos Sainz iba cayendo posiciones hasta verse peleando con su compañero Lando Norris.
Acercándose a la frenada, Hamilton se desplazó al interior mientras Bottas, más rápido, pasó al inglés por fuera. Pero se fue un poco largo. Poco. No lo suficiente como para saltarse la pista, pero sí como para ver comprometida su velocidad al salir de la curva 2, de modo que Hamilton recuperó el liderato. Por detrás, Max Verstappen se salía de pista y se vio superado también por Daniel Ricciardo, pero recuperó la tercera posición poco después en la frenada de la curva 6. Un poco más detrás de todos ellos, Carlos Sainz se lanzaba con fuerza en la curva 2 para defender su posición, pero se iba largo. Y el español desató el caos.
Porque en vez de decelerar y tomar a una velocidad acorde a la situación el zig-zag que se había instalado en la escapatoria por el que había que pasar en caso de saltarse la curva 3, el McLaren aceleró con la voluntad de pasar lo más rápido posible. El resultado fue que la rueda delantera izquierda tocó el muro y destrozó la suspensión, el McLaren rebotando hacia la pista, a punto de provocar un grave accidente. Por suerte, todos pudieron evitarlo, pero en el caos, Lando Norris saltó sobre badenes y piezas dañando el suelo de su monoplaza.
Unos segundos por delante, Lance Stroll se defendía de un incisivo Charles Leclerc, que se asomaba al interior de la curva 5. Pero el monegasco fue demasiado optimista, y tocó al Racing Point en el lateral, provocándole un trompo que lo lanzó contra el muro, poniendo fin a la carrera del canadiense. El coche de seguridad se hizo absolutamente necesario para limpiar la pista, lo que aprovecharon Russell, Albon y Norris para parar en boxes y colocar los neumáticos duros.
Al paso por meta, Hamilton lideraba por delante de Bottas, Verstappen, Ocon, Ricciardo, Pérez, Gasly, Leclerc, Magnussen, Grosjean, Kvyat, Giovinazzi, Vettel, Latifi, Täikkönen, Russell, Albon y Norris. La carrera se relanzó al final de la vuelta 5. Lewis Hamilton quería evitar los rebufos de nuevo, así que aceleró a falta de tres curvas para la recta de meta, y con ello logró brillantemente evitar que nadie cogiera el rebufo. Ni suyo, ni de nadie.
Y entonces llegó la sanción. Y aunque Hamilton, con los blandos, no lograba abrir hueco con Bottas –aunque lo dejaba fuera del DRS-, intentaba lograr un espacio con los pilotos más retrasados. Pidió a su equipo pararle lo más tarde posible, pero con los blandos, la parada no podía retrasarse demasiado. Fue en la vuelta 17, cumplió los 10 segundos de sanción, le colocaron los duros para acabar la carrera y volvió a la pista en decimoprimer lugar, detrás de Sebastian Vettel, al que adelantó dos vueltas después.
Mientras tanto, Bottas sí que se dedicó a abrir espacio con un impotente Max Verstappen, que se veía retrasado hasta los 7 segundos. No había posibilidad de ‘undercut’, así que en la vuelta 26 entró a boxes y regresó en cuarto lugar. En esa misma vuelta, Ricciardo, que había sido dejado pasar por Ocon para intentar atacar a Vettel, recibió una sanción de 5 segundos porque, al adelantarle, se saltó la curva 3 y no pasó por las señales. Mientras tanto, la carrera empezó a ordenarse tras las sucesivas paradas, de modo que en la vuelta 31 Hamilton ya era tercero, a diez segundos de Verstappen y a 22 de Bottas.
La carrera entró en suspenso. Sí, Hamilton empezó a recortar algo la distancia con Verstappen, alguna estéril lucha entre Vettel y Grosjean en posiciones muy retrasadas. Y sólo la sorpresa del coche de seguridad virtual en la vuelta 43 puso algo de incertidumbre. Había que reconstruir las señales de la curva 3. Duró muy poco, y Gasly aprovechó para parar en boxes, colocó el medio. Hubo cierto juego por la vuelta rápida que finalmente se quedó en poder de Bottas con un tiempo de 1’37’030. Y Albon tuvo una penalización de 5 segundos que no perjudicó su décimo puesto.
Y Valtteri Bottas logró la novena victoria de su palmarés, y quiso realzar su ego, su voluntad de lucha. En realidad, venció la carrera de manera impecable, pero Hamilton le doblegó durante el fin de semana, y sólo las dos sanciones le privaron de la 91ª victoria, que se le está resistiendo. La parte buena es que sigue líder, claro, y que los dos puntos en el carnet que suponían sus dos sanciones no le fueron finalmente retirados. Entre los dos Mercedes llegó un gran Max Verstappen, cuyo único fallo, en parte motivado por la misma zona de salida, fue su inicio de carrera.
Fantástico el cuarto puesto de Sergio Pérez, con buen ritmo, aunque incapaz de luchar con los de delante, pero sin verse presionado por los de detrás. Es una lástima que no cuente con la versión evolucionada del Racing Point. Quinto llegó un batallador Daniel Ricciardo, a quien la sanción no le privó de su puesto. Charles Leclerc sacó un resultado brillante con un sexto lugar que no era de esperar con Sainz y Stroll en pista. Quizás queda la duda de si el monegasco no mereció sanción por provocar el toque con el canadiense, lo que le eliminó de la carrera.
Séptimo llegó Esteban Ocon, cuya carrera se vio perjudicada por su incapacidad para deshacerse de Sebastian Vettel, lo que motivó el avance de Ricciardo. Tras él, completaron los puntos los demás monoplazas de Red Bull: Kvyat, octavo en casa, Gasly, noveno, y un triste Albon tras su gran podio en Mugello.
Fuera de los puntos y doblados, cuatro motores Ferrari: Giovinazzi, Magnussen, Vettel y Räikkönen. Sangrante el caso del alemán, incapaz de superar a Magnussen y presionado por Räikkönen. Lando Norris cerró un fin de semana nefasto para McLaren, decimoquinto, seguido de un buen Latifi, Grosjean y cerrando los clasificados, George Russell.