GP ESPAÑA 2014: SÓLO MERCEDES… Y QUIZÁS RED BULL.
Nueva demostración de fuerza de la escudería Mercedes. Una más. El dominio sigue siendo absoluto, aunque hoy se les ha escapado la vuelta rápida, que ha marcado un brillante Sebastian Vettel.
Lo de Mercedes, en la quinta carrera, huele ya a campeonato decidido. La ventaja es enorme, y se ha consolidado tras la primera remesa de mejoras de los equipos. Incluso ampliado: un segundo de la pole al primer no Mercedes, Ricciardo con Red Bull, tercero. 1’8 segundos al Ferrari de Alonso, sexto. Ross Brawn, a lo largo de estos años desde 2010, ha vuelto a crear un monstruo imbatible. Es cierto que la nueva normativa ha ayudado a derrocar a Red Bull, pero sería una visión sesgada, pues temporada tras temporada han ido creciendo hasta llegar aquí. El año pasado ya avisaron de que venían a por el premio, y se lo están llevando.
De este modo, la peor pesadilla de Adrian Newey, es decir, Ross Brawn, vuelve a ganarle la mano al genial diseñador de Red Bull. Ya lo hizo en su momento con Ferrari, cuando Newey estaba en Mclaren. Entonces estaba también en Ferrari el diseñador sudafricano Rory Byrne, que fue el superior directo de un tal Aldo Costa, que hoy es el diseñador de Mercedes, y que Ferrari despidió para saciar la sed de sangre de la opinión.
El resultado es que las Flechas Plateadas dominan a placer, y la cuarta victoria consecutiva de Lewis Hamilton ya le encarama al liderato de la clasificación de pilotos, sólo tres puntos por encima de su compañero, Rosberg. Hoy han vuelto a jugarse la carrera, estando muy cerca al final de la misma debida a algunos problemas del inglés. Un pequeño momento de emoción en lo que ha sido una carrera aburrida, no nos engañemos.
Y decíamos que Brawn, que desde su retiro debe observar a sus pequeños dominar a placer, ha vuelto a ganar la mano a Newey. Pero no sería del todo exacto, o justo. Porque el Red Bull es un coche maravilloso aerodinámicamente, y da la impresión de que si Renault encontrara un poco más de potencia, podría plantar cara a los Mercedes. Prueba de la excelencia del coche es que la vuelta rápida, en un circuito que premia el rendimiento aerodinámico, se la ha llevado Vettel. Un Vettel que, para disgusto de detractores, se ha marcado una carrera impresionante: de 15º a 4º. Quienes previeron un fin de semana difícil para el alemán, se precipitaron. Cierto que se perdió las dos primeras sesiones de libres por fallos electrónicos, y que en la Q3 la caja de cambios dijo basta. Pero aún con toda esa falta de entrenamientos, y de verse relegado hasta la decimoquinta posición por la penalización que se le impuso al cambiar la caja de cambios, ha llegado al lugar que le correspondía. Quizás, si se quiere, tercero. Pero no mucho más. A su vez, Ricciardo ha afianzado su tercera posición inicial y ha obtenido un nuevo podio. Inicio de temporada soñado para el australiano, aunque al principio de carrera se ha visto atrapado tras el Williams de Bottas. Aún sin eso, no habría logrado más que el podio, lo que no deja de ser un gran resultado.
Así que Red Bull está ahí, aunque quizás lejos. A la espera de que su Unidad de Potencia mejore.
El que parece haber vuelto a mejorar ha sido Williams, tras unas carreras que parecían diluidos. Gran carrera de Bottas, muy sólida, sin errores. Y con una clasificación muy buena, 4º. El 5º puesto final es un resultado merecido, y que deja buen sabor de boca y unas esperanzas fundadas para las próximas carreras. Más desdibujado Massa, que, pese a que durante toda la carrera rodó en los puntos, al final la estrategia le hizo caer al 13º puesto. Pero las mejoras de Williams sí han funcionado.
Ferrari ha generado la mayor decepción del fin de semana. Más aún por ser el Gran Premio de casa de Fernando Alonso. Sextos y séptimos en parrilla, e idéntico resultado en carrera. Peor aún, Raikkonen ha sido doblado por los Mercedes, y si llega a haber una vuelta más, Alonso hubiera caído también. Un Alonso que lleva justo un año sin sumar una victoria, la última fue precisamente en España 2013. Él y su compañero de equipo han peleado toda la carrera, y con un gran adelantamiento, el asturiano se ha llevado la victoria moral ante el equipo. Pero han estado muy parejos todo el fin de semana. Parece que Raikkonen ya se encuentra más a gusto en el coche, y se le ha visto con más ritmo y cómodo este GP. La prueba es que ya está al nivel de Alonso.
Pero Ferrari no va a ningún sitio. La visita de Montezemolo el viernes dejó una frase para quien quiso oírla: “ahora no me preocupan mis pilotos, sino el equipo”. Como siempre, es la Scuderia, como equipo, lo que prima. Los pilotos son los ejecutores, y nadie duda, ni puede dudar, de su valía. Pero ante las insistentes preguntas sobre el hartazgo de Alonso, el presidente de Ferrari lo dejó claro. Los egos de los pilotos le importan poco, nunca lo han hecho. Si Alonso está enfadado, obviamente no le gusta, pero el desorden de la Scuderia ahora mismo le preocupa más. Porque, como dijo delante del que escribe en las Finales Mundiales Ferrari en 2010, “La Ferrari es la número uno”, en respuesta a una aficionada que le gritaba que Alonso era el mejor. Y seguramente lo es. Pero en Ferrari, el sentido de equipo es muy fuerte. Así que lo que quieren es hacer un buen coche. Pero, de manera incomprensible, no saben hacerlo. ¿Los motivos?. Sin duda, un lustro (el que lleva Alonso en la Scuderia) tomando decisiones claramente erróneas, como despedir a profesionales de primer nivel, por ejemplo el estratega Chris Dyer, o el diseñador Aldo Costa, tomadas ambas en el fervor de malos momentos, no ayudan. El equipo, con una contínua presión encima por los resultados, no ha creado un proyecto, como sí que hizo Mercedes en el mismo período. Con un poco de tranquilidad, esta Mercedes podría ser Ferrari. Pero lo que hay, es lo que vemos. Una Ferrari sin rumbo, y cuyas novedades no ofrecen el rendimiento esperado. El futuro se presenta oscuro, más aún en plena época de cambios y reestructuración. Los resultados palpables de todo ello, si llegan, tardarán lo que tardan los ciclos en la F-1, unos 4 o 5 años. Hay que ser realistas y dejar de vender humo: Ferrari tardó 5 años, de 1996 a 2000, para ganar el Mundial y dominar 5 años. Red Bull tardó otros 5 años, de 2005 a 2010, para dominar 4 años. Y Mercedes ha tardado otros 5 desde 2010 para llegar a la cima.
Esa es la realidad.
Del resto, destacar al Lotus de Grosjean, renacido, o cuanto menos, muy mejorado. Ha rodado 5º buena parte de la carrera, pero al final no ha mantenido el ritmo y ha caído a 8º. Aún así, gran paso adelante del equipo. No para Maldonado, cuyo nefasto GP se ha visto coronado por un stop and go hoy.
Muy perdida Sauber, demasiado atrás. Y Force India sufriendo, pero al menos en los puntos. ¿Mclaren?. Su 11º y 12º puesto denota sus deficiencias. Sólo cabe esperar una buena base en este año para preparar la llegada de Honda el año que viene.
La siguiente parada es Mónaco. Un circuito en el que el rendimiento es importante, pero menos. Nadie espere grandes sorpresas, pero en el paréntesis monegasco a veces pasan cosas. A veces.