GRAN PREMIO DE ESPAÑA 2021: CIEN VECES HAMILTON Y MERCEDES.-
El Gran Premio de España, en el circuito de Montmeló, es siempre uno de los que definen de manera clara el estado de rendimiento de la parrilla, algo que no iba a ser diferente este año, en el que de momento puede ser la última carrera en España, si no se renueva al contrato.
La carrera empezó a definirse el sábado, en una tercera sesión que fue altamente atípica. Como es habitual en el circuito catalán, para obtener la vuelta hay que ser prudente en el primer sector, muy exigente para los neumáticos, y así llegar al último sector –muy revirado- con capacidad de gestionarlo con tracción, agarre y velocidad. Es lo que en definitiva hicieron todos.
Lo atípico fue que el circuito, directamente, tuvo una bajada de rendimiento tremenda cuando los diez pilotos de la última sesión intentaron mejorar sus registros. De hecho, sólo dos pilotos lo lograron, y uno de ellos no cuenta: Sergio Pérez, que se había salido de pista en su primer intento en la zona del estadio, así que marcó un tiempo en su segunda vuelta. El otro fue Charles Leclerc, que no había estado especialmente brillante en su primer intento, pero fue capaz de mejorar en esta última vuelta.
De modo que había que irse a la vuelta inicial. Ahí, Lewis Hamilton no hizo el primer mejor sector, pero fue enlazando su vuelta hacia un fortísimo segundo sector y un buen tercero. El resultado era un 1’16’’741. Detrás de él venía Max Verstappen, que en el primero y el segundo se había quedado detrás. No demasiado, pero estaba detrás. En el tercer sector, sin embargo, estuvo sublime, rápido, transfiriendo las inercias con ligereza. Marcó un 1’16’’777, sólo 0’036 segundos por detrás de Hamilton. Nadie más estaba en ese nivel.
Y así es como se gestó la centésima pole position de Hamilton, récord que sigue creciendo y que alcanza un hito espectacular. Fue una pole de velocidad y estrategia, de mucha paciencia y saber hacer y de aprovechar el momento de la pista, que en breve se vino abajo. Lo juntó todo, y frente a un rapidísimo Max Verstappen, llamado a la pole, lograba un precioso resultado, además en un circuito en el que adelantar es siempre muy difícil. Más aún, dejaba a Verstappen en la zona sucia, y bajo un posible ataque de Valtteri Bottas, tercero en parrilla.
Tras ellos estaba Leclerc, cuarto pero a 0’769 segundos, con una gran vuelta. Lo mismo que un magnífico Esteban Ocon, quinto, que superaba a Carlos Sainz por sólo 0’04’ segundos. El español tampoco pudo tener una segunda vuelta decente. Ricciardo se colocó séptimo, empezando a sacar al McLaren más jugo. Decepcionante octavo lugar de Sergio Pérez, no sólo lejos de su compañero, sino incapaz de colocar el coche al menos en cuarto lugar, que es lo esperable. Tampoco estuvo fino Lando Norris, noveno, mientras que Fernando Alonso cerró los diez primeros, superado netamente por Ocon, con el español todavía algo entumecido en el arte de volver a sacar una vuelta rápida.
La parrilla se completaba con Stroll, Gasly –decepción en los Alpha Tauri-, Vettel, Giovinazzi, Russell, Tsunoda –que cayó sorpresivamente en la primera ronda-, Räikkönen, Schumacher –buena clasificación superando a un Williams-, Latifi y Mazepin.
El domingo amenazaba lluvia, pero no se produjo. Nadie salvo Kimi Räikkönen optó por el medio para la salida, pensando en tener el mejor rendimiento en el momento del arranque. Y en ese arranque pensaba Max Verstappen. En cómo poder atacar a Hamilton desde una comprometida segunda posición. Pero al apagarse los semáforos, el Red Bull traccionó maravillosamente.
Lewis Hamilton patinaba lo justo como para que Verstappen amagase a tomar su rebufo, pero el holandés lo pensó mejor: tenía más velocidad, así que mejor que no le cerrasen el interior. Sin embargo, no llegaba a superar a Lewis. La curva 1 se aproximaba, con el Mercedes por delante. Y Max no se vino abajo: frenó tarde, colocó el Red Bull en el interior bloqueando toda maniobra defensiva y obligó a Lewis, en el exterior, a ceder un posible interior en la curva 2.
Max Verstappen era líder, y tenía todas las opciones abiertas, más aún cuando Bottas, que se vio taponado por Hamilton, se vio superado brillantemente por Leclerc en el exterior de la curva 3, el largo y difícil curvón de Montmeló. Así que Red Bull no tenía dos coches para jugar estratégicamente, y Mercedes se quedaba también sólo con uno. Era un Max contra Lewis en toda regla. Red Bull contra Mercedes.
Max abrió un ligero hueco, lo justo para evitar el DRS en favor de Lewis, pero hubo que resetear todo en la vuelta 8. Yuki Tsunoda se quedó con el motor parado en la curva 10 y el coche de seguridad hizo acto de presencia. Era muy pronto para parar en todo caso, tanto con una estrategia a una como a dos paradas. La idea, además, era ir a una. Quizás no para Giovinazzi, Russell y Latifi, que pasaron por boxes. Pero el resto se mantenía en el plan previsto.
A una parada, en Montmeló, es prácticamente imposible verse superado, salvo una importante bajada de rendimiento o a error del piloto de delante. De modo que Max podía considerar, junto con Red Bull, que la situación estaba más o menos controlada. De hecho, tanto él como Lewis rodaban juntos, guardando neumáticos. Claro, que en este momento Lewis estaba muy encima, muchas vueltas por debajo del segundo y usando el DRS, pero incapaz de adelantar. Max aprovechó para observar al Mercedes: tenía mucho agarre, e hizo saltar las alarmas. Tenían que ser perfectos.
En la vuelta 25 de 66 era uno de esos momentos de perfección. Verstappen se dirigió a boxes para poner su único juego de neumáticos medios nuevos restantes y acabar la carrera. Lewis, que estaba a medio segundo, no le siguió. Y Red Bull falló: una parada de 4’2 segundos. Mercedes tenía una oportunidad de oro si hacía parar en la vuelta siguiente a Lewis. Pero Hamilton tenía todavía ritmo en sus blandos, y además, Mercedes había comprendido que la carrera ya no era a una parada. Había que alargarla.
Parecía que Mercedes había desaprovechado un error clamoroso de Red Bull. Sería en la vuelta 29 cuando paró Lewis, y salió a seis largos segundos de Max Verstappen, que seguía así teniendo la ventaja de la posición en pista, algo importante que no perder. Pero Lewis tenía el ritmo. Esos 6 segundos pasaron a 1 en 5 vueltas. Y ahí, en ese rango de DRS se mantuvieron varias vueltas. Hasta la vuelta 43.
Ahí llegó el segundo error de Red Bull, cegado por la posición en pista. Lewis Hamilton paró en boxes de nuevo a por otros medios, y al salir a pista estaba a casi 23 segundos de Max. Era muy justo, pero si Red Bull hacía una parada de las que suele hacer, podía mantener la posición. Otro problema era que no tenían medios nuevos. Pero sí viejos, o blandos nuevos. Quizás eran demasiadas vueltas hasta el final. Estaba también la posibilidad de que, al parar, saldrían tras Bottas, que podría haber ralentizado notablemente a Verstappen. Y Red Bull decidió mantenerse fija a su plan de una parada.
Curiosamente, Bottas perjudicó a Lewis en la vuelta 52, reteniéndole durante medio circuito, hasta que el inglés se lanzó en la curva 10, y no con holgura precisamente. Pero pasó. Estaba a 11’4 segundos de Verstappen a falta de 12 vueltas. No era fácil. Pero era un hombre en una misión, y con un coche que estaba en su hábitat en el trazado español. Vuelta a vuelta empezó a recortar la diferencia, empalmando vueltas rápidas. Iba a llegar, antes incluso de lo esperado, pero ¿podría pasar? Max tenía que centrarse en la recta de meta y en el DRS. Si lograba mantener eso, como ya hizo 5 años atrás con Kimi Räikkönen, hace 100 carreras, podría soportarlo.
Pero era una quimera. Al comenzar la vuelta 60, Lewis salió de la chicane de entrada a meta a distancia de DRS. Max Verstappen empezó a zigzaguear en la recta para evitar que el Mercedes cogiese su rebufo. Era en vano. Lewis se mantuvo firme, Max se desplazó a la derecha para proteger el interior, y el Mercedes ocupó el exterior en la frenada, pasó, y se fue haciendo pequeño en la lejanía. La victoria que tanto había trabajado durante la carrera, se había esfumado. En la vuelta siguiente paró en boxes y puso los blandos: vuelta rápida de carrera en la siguiente, con un 1’18’’142, y un punto más al contador.
Pero era una derrota. Tanto, como victoria era para Hamilton –la 98- y para Mercedes –la 118-, que desplegaron un pilotaje y un sentido estratégico magníficos, en una conjunción de equipo que hace recordar de qué tratan las carreras de automovilismo. Coches, pilotos, y equipos. Y es ahí donde Lewis Hamilton y Mercedes serán recordados como una de las mejores –si no la mejor- combinación de todos los tiempos. Minusvalorar algo así no tiene sentido.
Pero lo peor es que Red Bull le regala a Mercedes situaciones cuando es justo lo que no debería haber hecho. El error de Max adelantando por fuera en Baréin, en una situación similar a la vivida en España pero a la inversa. Y los dos errores de España, en boxes y en estrategia. El W12 está mejorando, Lewis está encantado con tener un rival al que doblegar, una motivación enorme a la que se acumula el que sea un piloto tan talentoso como Max, al que todo el mundo admira. En esas lides, Lewis crece como un gigante. Red Bull debe volver a pensar en campeón, no en aspirante, o este título se les habrá ido –está empezando a irse, de hecho-.
Bottas llegó tercero, salvando la situación tras un inicio preocupante ante Charles Leclerc, que llegó tercero, firmando una buena carrera. Ferrari no se cebó con un imposible tercero, sino con un buen y realista cuarto. Además, el SF21 se mostraba -en manos de Charles- muy sólido en el tercer sector, uno que a Ferrari jamás se le ha dado bien. En quinto lugar llegó un decepcionante Sergio Pérez, que todavía no ha hecho podio con el Red Bull.
Dejó un bonito adelantamiento a Ricciardo, que llegó sexto, con una carrera muy sólida del australiano, a gusto con el McLaren, superando a un Carlos Sainz, séptimo, que acabó lamentando la posibilidad de un mejor resultado. El español sigue puntuando en su Gran Premio, y cuajó una carrera correcta. Lando Norris fue octavo, bastante anónimo durante todo el fin de semana, mientras que Esteban Ocon volvió a hacer puntuar al Alpine, y además yendo a una sóla parada. Gran trabajo del francés, que superó en meta a su compatriota Pierre Gasly, cuyo décimo puesto, trabajado, sabe sin embargo a poco.
Fuera de los puntos, Lance Stroll fue undécimo con una carrera muy combativa pero infructuosa, superando a un sólido Kimi Räikkönen, que a estrategia cambiada y a una sola parada hizo valer su experiencia. Sebastian Vettel sigue sin puntuar y sin dar muestras positivas. George Russell fue decimocuarto, delante de un gris Giovinazzi. Latifi superó a Alonso en meta, pero porque el español, decimoséptimo, paró a pocas vueltas del final en boxes, mientras estaba siendo superado por muchos competidores, incapaz de ser competitivo con las gomas agotadas. Pese a ello, al español aun se le ve algo falto de ritmo, y tiene que progresar, pues Ocon le está superando ampliamente. Mick Schumacher acabó en decimoctavo lugar, superando de nuevo y ampliamente a su compañero Mazepin, que sigue sin mostrar atisbo alguno de adaptación.
Y así es como Lewis Hamilton y Mercedes amplían sus respectivos lideratos en el campeonato del mundo. Maximizando cada resquicio de oportunidad, más afinados que nunca en toda esta era de dominio que han infligido. Precisamente cuando no cuentan con el mejor coche, se puede ver lo inmensamente buena que es esta dupla. Y quieren seguir ganando.