Almacén F-1

Presente, pasado y futuro del deporte del motor

GRAN PREMIO DELLA EMILIA ROMAGNA 2021: MAX VERSTAPPEN, INTRATABLE.

Segundo Gran Premio de la temporada tras una espera de tres semanas, en la que los equipos se dedicaron no sólo a analizar lo ocurrido en Bahrein, sino a mejorar sus monoplazas. En todo caso, la pista en la que se iban a experimentar dichas mejoras sería el muy peculiar trazado de Imola, un recorrido mixto, rápido pero con curvas exigentes y cuya presencia en el calendario de la Formula 1 es realmente una bendición.

Lo es porque no perdona errores. Y porque sus curvas y desniveles son retadores. Que sea estrecha es un mal relativamente menor. También es cierto que este año se ampliaba la zona de DRS en un intento de mejorar las posibilidades de adelantamiento al llegar a la Variante del Tamburello, en comparación con el año anterior.

Lo cierto es que el fin de semana no empezó bien para Red Bull. En la primera sesión del viernes, Sergio Pérez tenía un accidente que le hacía perderse toda la sesión, mientras que en la segunda, al poco de comenzar, Max Verstappen pisaba los pianos exteriores de la segunda Rivazza, y un palier de la transmisión decía basta: se acababa la importante segunda sesión, por lo que el holandés se presentaría bastante a ciegas a la clasificación y carrera.

El resto dejaba una pintura compleja. Ferrari estaba en forma, cierto, justo junto a los Alpha Tauri, mientras que los McLaren parecían haber perdido el nivel de rendimiento de Bahrein. Obviamente, la ausencia de Max Verstappen desvirtuaba los análisis de ritmos de carrera. Los Mercedes, con sus mejoras, no sólo habian dominado el viernes en velocidad, sino que en ritmo se mostraban como los más fuertes, curiosamente con Bottas poco por delante de Hamilton, y con Leclerc tras ellos por delante de Pérez, mientras los Alpha Tauri y Carlos Sainz estaban en un ritmo similar. Obviamente eso dejaba buenos auspicios para Mercedes, pero la nube de la duda estaba en lo alto. El W12 parecía sufrir sólo en la salida del Acque Minerali, mientas el Red Bull, en manos de Verstappen, era firme en todos lados.

En realidad no fue hasta el sábado que ciertas de esas dudas desaparecieron. Había que ir directamente a la clasificación. Allí, en la primera sesión, al poco de comenzar saltó una de las primeras sorpresas: Yuki Tsunoda afrontaba la Variante Alta lleno de ímpetu, exageraba la trazada, perdía la trasera en la salida de la chicane e impactaba contra el muro. El Alpha Tauri estaba destrozado, y el japonés, que ha rodado en este circuito en abundancia, dejaba pasar una gran oportunidad de brillar y poder colocar un coche competitivo donde le correspondía.

La sucesión de vueltas acabó dejando a Bottas primero, con un 1’14’’672, sólo 0’151 segundos por delante de Hamilton. Mientras tanto, Lando Norris empezaba a mostrar la potencialidad del McLaren, al menos a una vuelta, colocándose tercero. Sufrieron los Alpine, pero ambos lograron pasar el corte en las últimas posiciones, Esteban Ocon por delante de Fernando Alonso, mientras que Räikkönen, Giovinazzi –perjudicado notoriamente por Nikita Mazepin en su último intento-, Mick Schumacher, Mazepin y Tsunoda, se quedaban fuera de la segunda ronda.

En ella, los Mercedes, Max Verstappen y los Williams, salían con los medios. Lo cierto es que tanto los alemanes, como el piloto de Red Bull, tenían suficiente ritmo como para pasar la sesión y tener ese as estratégico de inicio, cosa que no tendría Sergio Pérez, que con los blandos marcó al final el mejor tiempo de la sesión -1’14’’716-, superando por sólo 2 milésimas a un impresionante Lando Norris.

Las sorpresas llegaron por detrás. En primer lugar, Sebastian Vettel seguía sufriendo con el Aston Martin, viéndose superado por Lance Stroll, que pasaba a la Q3, mientras el alemán caía en decimotercera posición. Luego vendría la gran vuelta de Esteban Ocon, que se ponía noveno, dejando a todo un Fernando Alonso en decimoquinta posición –superado por Nicholas Latifi con el mismo tiempo-, a casi medio segundo, una distancia no muy habitual para el bicampeón del mundo español. Sin duda, Ocon supo extraer todo lo que el Alpine tenía.

La tercera decepción, y más grande, fue la de Carlos Sainz. El Ferrari SF21 tenía el ritmo a una vuelta como para pasar con tranquilidad a la tercera ronda. Pero el español no hizo una última vuelta competitiva, incapaz de colarse entre los diez primeros. La distancia con Leclerc –que se clasificó tercero- era de prácticamente cuatro décimas, una eternidad en un circuito tan definido como este, en el que los quince pilotos de la sesión estaban en sólo 0’877 segundos. Una lástima para el español, en un día en el que su monoplaza aspiraba netamente a más.

Así se llegaba a la tercera sesión. Fue en primer lugar Pérez el que marcó una referencia seria para la pole, con un 1’14’’665, que batió en primer lugar Hamilton -1’14’’411- y luego Verstappen -1’14’’502-. Es decir, el primer golpe lo había asestado Lewis Hamilton, con Max segundo y Sergio tercero, ambos muy cerca del inglés. Valtteri Bottas se derrumbaba estrepitosamente en el primer intento, quedando sexto, pero a casi seis décimas de su compañero. Mientras tanto, Lando Norris seguía sorprendiendo, con un firme cuarto lugar.

Todos volvieron a boxes. Y esta vez los Mercedes salieron los primeros a pista. Valtteri Bottas inició su vuelta, y en Tamburello se fue un poco largo, ligeramente, en la primera curva, lo que le hizo perder impulso a través del resto de la chicane y hacia la recta siguiente. El finlandés estaba acabado para la pole. Detrás de él venía Hamilton, que no mejoró su tiempo por sólo 22 milésimas. La pole estaba en riesgo.

De repente, surgió la amenaza de Lando Norris, que venía marcando los mejores tiempos en los dos primeros sectores. El inglés era preciso y rápido, el McLaren una maravilla en sus manos. Al paso por meta, su tiempo le dejaba en un impresionante segundo lugar. Pero en Piratella se había excedido de los límites de pista: el tiempo fue anulado, y la debacle para él fue dolorosa, cayendo al séptimo lugar.

Charles Leclerc mejoró su tiempo por casi dos décimas, lo que era bastante significativo, y le colocaba en una gran cuarta posición en parrilla, poniendo al Ferrari como tercer equipo en velocidad pura en el circuito de Imola. Cierto es que es uno de los que mejor se le dieron en el año anterior al monoplaza italiano, y este año seguía elevando las bondades del coche. Pero la pole no era cosa del monegasco.

Lewis Hamilton estaba en su vuelta de enfriamiento, regresando a boxes, expectante a la radio. Venía Sergio Pérez, rápido cuando era necesario: 1’14’’446, una mejora respecto a su tiempo anterior bastante significativa. Estaba segundo. Sólo quedaba Max Verstappen. Pero la vuelta del holandés no estaba siendo redonda, ni siquiera respecto a su compañero. Quizás esa falta de confianza de toda una sesión perdida, un par de errores casi imperceptibles. La mejora fue de sólo 4 milésimas respecto al tiempo anterior. Insignificante. Max era tercero en parrilla con su 1’14’’498.

De modo que Lewis Hamilton logró así su pole número 99, con pundonor, talento y domando a un mejorado, pero no todavía perfecto, Mercedes W12. Un resultado magnífico para un circuito tan complejo para adelantar. La esperanza para Red Bull era que Pérez, segundo, partiría con los neumáticos blandos, y eso podía poner en aprietos llegando a Tamburello al inglés. Tercero era Verstappen, cuarto Leclerc, y tras ellos, un fantástico Gaslñy en quinta posición confirmando las buenas sensaciones del Alpha Tauri –el año pasado fue también un gran coche en Imola-. Tras él, Ricciardo, que con el error de Norris se convertía en el mejor McLaren en parrilla. Al final los británicos estaban en posiciones delanteras, con Norris séptimo.

El octavo lugar de Bottas era decepcionante en grado sumo, para quien el año pasado fue el más rápido en clasificación. Le separaban 0’487 segundos respecto a Hamilton, un mundo. Un golpe muy duro en un año en el que el Mercedes no es dominador. Tras él, Esteban Ocon, con un fantástico e inesperado resultado, sacando todo lo posible del Alpine. Y Stroll décimo, con sus tiempos anulados, pero sacando algo positivo para Aston Martin. La parrilla se completaba con Sainz, Russell, Vettel, Latifi, Alonso, Räikkönen, Giovinazzi, Schumacher, Mazepin y Tsunoda, que tuvo que cambiar varios componentes de su unidad de potencia por el accidente, por lo que fue sancionado, pero no variaba su posición.

Y entonces llegó el domingo. Ya por la mañana, empezaron a asomar algunas nubes oscuras en el horizonte, que se concretaron en que poco antes de la carrera empezó a llover, dejando la pista mojada. Eso provocó que en la vuelta saliendo de los boxes hacia la parrilla, Fernando Alonso se saliese en Tosa, pudiendo recuperar el coche, con daños en el alerón. También Lance Stroll se vio con problemas de refrigeración en el freno trasero derecho. Por supuesto, la pista no estaba para gomas secas: todos optaron por los intermedios, menos Gasly, Ocon, Schumacher y Mazepin, que colocaron los de lluvia.

Camino de la parrilla, Charles Leclerc se salió en Acque Minerali, pero pudo recomponerse de su error y no emular a Alain Prost en 1991 en Rivazza, quedando fuera de carrera antes de empezar. Todos se pusieron en sus posiciones, y al apagarse los semáforos, Hamilton salió bien, pero Max Verstappen, que había colocado su coche para atacar, se colocó paralelo al inglés por su izquierda, tomando el interior hacia Tamburello. Lewis no quiso ceder, resistió en el exterior con la esperanza de encontrar agarre y espacio. Pero se encontró yendo hacia el piano de la segunda curva de la chicane, pasando por encima de los badenes y dañando su alerón, conservando la segunda posición por poco ante un Sergio Pérez que había aguantado de inicio a Leclerc, que acabó por pasarlo. Carlos Sainz imitó a su compañero en Acque Minerali, por suerte sin tantas consecuencias,

Al paso por meta, Max Verstappen tenía una buena ventaja sobre Hamilton, Leclerc, Pérez., Ricciardo, Gasly, Stroll, Sainz, Norris, Bottas, Russell, Ocon, Räikkönen, Giovinazzi, Tsunoda, Schumacher, Alonso, Vettel –que empezó la carrera desde el carril de boxes- Mazepin y Ocon. Faltaba Nicholas Latifi. Un poco antes, llegando a Acque Minerali, que se había demostrado como un lugar delicado, perdió el control del coche en la frenada en apoyo. Al volver a pista, camino hacia la Variante Alta, se desplazó hacia la derecha, donde estaba Nikita Mazepin. El ruso no pudo evitar el toque, y catapultó al Williams hacia el muro de la derecha. Los restos se esparcieron por la pista, y dirección de carrera sacó el coche de seguridad a pista.

Al paso por meta, Max Verstappen tenía una buena ventaja sobre Hamilton, Leclerc, Pérez., Ricciardo, Gasly, Stroll, Sainz, Norris, Bottas, Russell, Ocon, Räikkönen, Giovinazzi, Tsunoda, Schumacher, Alonso, Vettel –que empezó la carrera desde el carril de boxes- Mazepin y Ocon. Faltaba Nicholas Latifi. Un poco antes, llegando a Acque Minerali, que se había demostrado como un lugar delicado, perdió el control del coche en la frenada en apoyo. Al volver a pista, camino hacia la Variante Alta, se desplazó hacia la derecha, donde estaba Nikita Mazepin. El ruso no pudo evitar el toque, y catapultó al Williams hacia el muro de la derecha. Los restos se esparcieron por la pista, y dirección de carrera sacó el coche de seguridad a pista.

Mientras retiraban los restos, y Ocon entraba en boxes a por los intermedios, Mick Schumacher intentaba calentar sus gomas de lluvia en recta. Pero el Haas se le escapó del control y acabó impactando contra el muro de salida de boxes, perdiendo el alerón delantero y provocando que se prolongase el coche de seguridad. En la vuelta siguiente, Sergio Pérez se salió en Piratella, perdiendo un par de posiciones, pero las recuperó: eso estaba prohibido, y en la vuelta 22 se anunciaría una sanción de 10 segundos para el mexicano.

Finalmente, en la vuelta 7 se relanzó la carrera. El orden no se vio alterado, pese a que Lewis Hamilton intentaba mostrarse sin éxito, y Carlos Sainz pasaba a Stroll y Gasly para ser sexto, pero en la vuelta siguiente se vio superado de nuevo por Gasly y por un Lando Norris que comenzó su remontada desde el noveno puesto. Max Verstappen era un cómodo líder con 3’3 segundos de ventaja sobre Hamilton, con Leclerc tratando de aguantar el ritmo a 1’1 segundos de Hamilton, dejando atrás a Perez. Sainz seguía con su aciaga tarde, y en la vuelta 11 se iba recto en Rivazza, y en la vuelta 15 volvería a hacerlo en Tosa, preguntándose por radio si iba a dejar de cometer errores, mientras su ingeniero le pedía que se calmase. Con todo, seguía séptimo.

La distancia en cabeza se había estabilizado entre los 4 y 5 segundos, según las vueltas, con Leclerc ya alejado. Fue entonces cuando Hamilton empezó a realizar vueltas rápidas, mientras Max Verstappen empezaba a quejarse de degradación en sus neumáticos. La pista se iba secando, pero pocos se atrevían a colocar los blandos. Desde luego, Lando Norris no, que con la orden de McLaren pasó a Ricciardo para ponerse quinto, en una gran remontada. Pero en la vuelta 22, Sebastian Vettel, que fue sancionado con un Stop and Go porque su equipo no le había puesto los neumáticos en los 5 minutos antes de iniciarse la carrera, colocó los medios. Su ritmo era bueno. Fue la señal que estaban esperando.

Hamilton recibió la orden y la ejecutó a la perfección: de los 4’8 segundos en la vuelta 24, pasó a 1’3 en la 27. En la siguiente, Verstappen fue llamado a boxes, puso los medios y salió tercero. Pero realmente era tarde. Hamilton podía ponerse líder. Sin embargo, en la vuelta 28, la parada de Mercedes fue de 4 segundos, y eso impidió al inglés salir a pista primero: era segundo, pero cerca de Max Verstappen. Toda la parrilla acabó siguiendo el ejemplo, y tanto Pérez, Leclerc, Norris, Sainz y demás se pasaron a los neumáticos de seco medios.

La distancia entre los líderes se había abierto a los 5’5 segundos en la vuelta 30. Pero llegaron a doblados. Y a Max le estaba costando pasarles. La distancia bajó a 2’2 segundos al paso por meta en la vuelta 31. Hamilton podía ver a Max sufrir. Delante suyo, en la Variante Villeneuve, estaba Russell y delante de éste, Bottas. Llegando a Tosa, vio el interior de Russell libre, y se lanzó a doblarlo. Pero estaba muy mojado, y al aplicar el freno, el Mercedes W12 se fue recto hacia la escapatoria. Intentó girar para volver a pista, pero en ese intento, chocó contra el muro y dañó el alerón.

El Mercedes estaba atrapado. Max Verstappen era líder, con ventaja sobre Charles Leclerc, que tenía a su vez 26 segundos sobre Lando Norris. Hamilton puso marcha atrás, y el coche empezó a coger tracción y llegó al asfalto. Pudo volver a pista, dirigiéndose a boxes para cambiar el alerón y los neumáticos, pero estaba descolgado en la clasificación. Pero justo al comenzar la vuelta 32, quienes le antecedían en el momento de su accidente iban a cambiar el destino de la carrera.

George Russell era décimo y tomó el rebufo de Valtteri Bottas en la recta de meta, hacia Tamburello. El finlandés se mantuvo en la izquierda, en la trazada normal, mientras el inglés se iba por fuera. Hubo un ligero desplazamiento del Mercedes, pero el Williams tenía espacio suficiente. Pero tocó la hierba, Russell perdió el control y se revolvió hacia Bottas, lanzándose ambos hacia los muros y acabando la carrera. La maniobra del de Williams fue muy agresiva y precipitada. Se bajó del coche y se fue hacia el Mercedes, recriminando la maniobra al finlandés, que le devolvió el argumento con un gesto con el dedo corazón. En ese momento, Fernando Alonso se recuperaba de un trompo en Tamburello.

La bandera roja era obvia. Los restos en pista y la necesidad de rescatar los monoplazas hacía que el coche de seguridad fuese insuficiente. Era la vuelta 34. La resalida fue lanzada. Räikkönen trompeó en Tamburello. Pero más preocupante fue la llegada a la primera de Rivazza. Max Verstappen perdió el control y se vio en el interior de césped de la curva. Charles Leclerc, inexplicablemente, no aprovechó la ocasión para adelantarle –maniobra legal- sino que frenó, lo que no sólo permitió a Verstappen retomar el control, sino que hizo que al paso por meta, Norris, con neumáticos blandos, adelantase al de Ferrari. Al paso por meta en la vuelta 36, Verstappen era líder sobre Norris, Leclerc, Pérez, Sainz, Ricciardo, Stroll, Hamilton, Räikkönen, Giovinazzi, Alonso, Gasly, Ocon, Vettel, Tsunoda, Schumacher y Mazepin.

Max empezó a abrir hueco, mientras Norris se defendía de Leclerc. Para el monegasco se acabaron las presiones cuando en la vuelta 38, Sergio Pérez se salió en la Variante Villeneuve, cayendo al decimocuarto lugar, en lo que era un domingo complicado para el mexicano que se agravó con otra ligera excursión en la vuelta 40 en Rivazza. Quien no fallaba era Hamilton. Pasó a Stroll en la 39 para ser sexto. En la 42 ya era quinto al pasar a Ricciardo, y empezó a acercarse a los Ferrari, que no eran capaces de superar a un brillante Norris.

Carlos Sainz aguantó a Hamilton cuanto pudo, pero en cuanto se quedó sin DRS, el inglés pasó al español en Tamburello y se puso cuarto. Lo mismo hizo Leclerc. Se defendía con firmeza, ayudado por el DRS que le proporcionaba estar cerca de Norris. Pero en la vuelta 55 lo perdió, y Hamilton se colocó tercero. El próximo escollo era Norris. El motor Mercedes del McLaren, y el pilotaje del inglés, fueron dos armas que a Hamilton le costaron bastante de doblegar. Vuelta tras vuelta, el joven resistía el ataque del heptacampeón en Tamburello. Pero en la vuelta 60 ya no pudo sostener más el segundo puesto: Hamilton se colocó por el exterior en Tamburello y recuperó de forma brillante la segunda posición. Estaba a 20 segundos de Verstappen. En la vuelta 60 marcó la vuelta rápida de carrera con un tiempo de 1’16’’702, lo que le daba el punto extra –y mantener el liderato del mundial-.

Max Verstappen no buscó esa vuelta rápida. Tras comenzar el fin de semana de forma complicada, tras verse en tercera posición en la parrilla, el holandés no flaqueó en un domingo complicado para lograr la undécima victoria de su carrera, y demostrar que este año el Red Bull –la 79ª victoria para Honda- es un arma estupenda para luchar contra Mercedes. Pero sobre todo, esta carrera demostró la solidez de Verstappen –sólo el pequeño error en la reanudación de la carrera que pudo costarle caro-. Demostró que la madurez le ha llegado. No perdió los nervios en ningún momento, y ratificó una victoria muy necesaria tras el disgusto de Baréin.

Mientras tanto, Lewis Hamilton cruzaba en segundo lugar a 22 segundos de distancia. En cualquier situación, sería un resultado negativo. Tras la carrera, era un gran resultado, la salvación de lo que podía haber sido un cero. Hamilton cometió un error de bulto, pero ayudado por las circunstancias, tuvo la posibilidad de remendarlo y lo hizo con solidez. No perdió la compostura. No hubo crisis. Sabía que podía llegar al segundo puesto y es lo que hizo, sin fisuras. No tuvo prisa por adelantar sus rivales. Y sin embargo, ese error en Tosa deja una sombra: Hamilton se precipitó porque sabe que no cuenta con el mejor coche, y vio la oportunidad. Esa ansiedad podría costarle cara. No siempre se pueden minimizar los daños.

En tercer lugar, logrando su segundo podio –otra vez un tercer puesto- llegaba un magnífico Lando Norris, que sólo recibió una ayuda: McLaren dejó que pasase a Ricciardo. Y quizás la bandera roja. Pero aprovechó cada vuelta y cada centímetro de la pista. Luchó con mucha madurez, y se erige como líder de esta McLaren, al menos mientras Daniel Ricciardo se acostumbra a su nuevo equipo –buen sexto puesto en todo caso del australiano-. Pero con Norris tiene un hueso duro. Su defensa sobre Hamilton fue vibrante, y cuando se vio batido, tampoco cometió imprudencias ni errores. Se centró en consolidar su podio, dando a McLaren un resultado que el viernes no parecía realista.

El podio que se escapó a los Ferrari. Quizás, en un mundo de hipótesis, la victoria, en caso de que Leclerc no hubiese pecado de prudente. Podría haber sido segundo sin la bandera roja. Pero en la lucha cuerpo a cuerpo, ninguno de los Ferrari hubiera podido ser podio en Imola. Sin embargo, el cuarto del monegasco y quinto de Sainz es un muy buen resultado, viniendo de un tan difícil 2020. El coche ha mejorado. Sin embargo, al motor aún le falta. No podían atacar al Mercedes de Norris, ni pudieron defenderse del Mercedes de Hamilton. Pero las sensaciones que deja el coche de Maranello son positivas de cara al año. Ahora bien, es cierto que Imola el año pasado fue también un trazado bastante favorable para el equipo.

Tras el sexto de Ricciardo, Lance Stroll volvió a puntuar para Aston Martin, mientras Sebastian Vettel volvía a tener un fin de semana aciago que se culminaba con la retirada en la vuelta 63 y el decimoquinto puesto final. Cierto que el stop and go del alemán le lastró, pero el canadiense sí está obteniendo resultados con un coche que necesita muchas mejoras, y que se ha visto claramente sorprendido por el cambio de normativa. Es una de las decepciones del inicio del año. Después de la carrera, sin embargo, Stroll fue sancionado por adelantar ilegalmente a Pierre Gasly en la vuelta 11, por lo que se le impuso una sanción de 5 segundos y cayó al octavo puesto final, que no cambia la buena actuación del canadiense.

Octavo llegó Pierre Gasly, pero fue séptimo. La oportunidad perdida para Alpha Tauri es notable, con Yuki Tsunoda en decimosegunda posición final tras las sanciones, pero decimotercero en meta. Ambos cometieron errores –el japonés recibió cinco segundos por exceder los límites de pista-, y pese a ese octavo lugar, la sensación negativa. Deberían haber estado con los Ferrari y McLaren. No deberían perder estas oportunidades. Como no lo hizo Kimi Räikkönen, que en el 150 Gran Premio de Alfa Romeo logró aplicar su madurez y, pese a algún error, acabar noveno. Una investigación post carrera, sin embargo, le hizo caer al decimotercer lugar final: al retomarse la carrera tras la bandera roja, se salió de pista en Tamburello, cayó a décimo, pero sólo pudo conseguir ponerse octavo, cuando su posición era séptimo. Eso le provocó una sanción de 30 segundos.

Noveno, por lo tanto, fue Esteban Ocon –décimo en meta-, que abrió así el casillero de puntos en la historia de la F1 para Alpine, acabando justo por delante de Fernando Alonso, que cometió más errores de los que estamos acostumbrados. El español, en todo caso, se vio superado todo el fin de semana por el francés, y aunque pidió una carrera en que pasaran cosas, no supo aprovecharlas. Sólo con la sanción a Räikkönen ascendió al décimo puesto y logró su primer punto esta temporada. Además, el coche no tiene un rendimiento acorde a lo esperado tras la evolución de Renault en 2020. Será muy difícil revertir la situación en este año, que se antoja de sufrimiento.

Sergio Pérez acabó decimoprimero en un día en que podía, desde haber ganado a completar un doblete para Red Bull. Carrera muy difícil para el mexicano, con errores poco normales en él. Una oportunidad perdida en un día difícil en el que su compañero deslumbró. Giovinazzi acabó decimocuarto, Schumacher volvió a superar holgadamente a Mazepin siendo decimosexto y decimoséptimo. Sólo abandonaron los dos Williams y el Mercedes de Valtteri Bottas, cuya carrera estaba siendo absolutamente pésima, en posiciones finales de los puntos, e incapaz de recuperar posiciones, hasta el punto de que perdiéndola con Russell acabó con ambos fuera de carrera. Día duro para el finlandés, mucho más allá del resultado.

Y de esta Imola que por segundo año consecutivo nos convence de que debe permanecer en el calendario –ahora que se ha confirmado Miami por diez años-, nos recuerda que los viejos trazados no son tan viejos. Que sus arrugas son carreras intensas y difíciles. Y por eso, cuando nos encaminamos a un precioso y moderno trazado como el de Portimao, hemos de recordarlo. No perdamos Imola.

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