Almacén F-1

Presente, pasado y futuro del deporte del motor

CER VALENCIA 2020: LA RUEDA VUELVE A GIRAR.-

Ferrari 458

El ser humano hace muchos años que inventó la rueda, un instrumento que le facilitó el desplazamiento de objetos o personas. Cuando a esas ruedas se les puso un motor y un volante, nacieron las carreras de lo que se denominaron automóviles. Y esa sensación de novedad es la que flotaba en el ambiente del Circuit de la Comunitat Valenciana Ricardo Tormo de Cheste para la disputa de la segunda cita del Campeonato de España de Resistencia organizado por V-Line, en lo que suponía la reapertura del trazado valenciano a la competición.

De hecho, Cheste fue el único circuito español que tuvo actividad deportiva antes de la declaración del estado de alarma y el confinamiento de la población. Fue el 29 de febrero y 1 de marzo de este año. Y justo 6 meses después, el 29 de agosto, la competición retornaba al circuito, si bien con todas las medidas de precaución posibles para desarrollar con seguridad las carreras. La primera de ellas, por desgracia, fue la celebración del evento a puerta cerrada, con acceso tan sólo a equipos y medios. Medida necesaria, pero que dejaba una sensación fría en el ambiente, carente del calor y colorido que da la afición tanto en las gradas como en el paddock. Habrá que esperar tiempos mejores, que podrían ser cercanos si se logra contener la evolución del virus que asola el planeta.

Por lo demás, la actividad era tan frenética como siempre en un circuito que acoge no una, sino tres competiciones distintas en un solo día. Un día, además, que se veía comprimido: entrenamientos libres y clasificatorios y seis carreras, en apenas onces horas. Un menú casi de buffet libre que se agolpaba sin solución de continuidad, categoría tras categoría, abrumando positivamente tras tanto ayuno competitivo. Es, por lo tanto, no sólo una medida preventiva motivada por el Covid, sino una excelente forma de comprimir el fin de semana en una sola jornada. Obviamente, eso aumenta el trabajo, el estrés de los equipos y profesionales, y el riesgo de que un incidente arruine el día, y por lo tanto la cita en el campeonato para un participante. Quizás por eso se percibía mucho respeto entre los pilotos al inicio del día, más del habitual en este tipo de competiciones que suele tener a los ‘gentleman drivers’ como protagonistas.

Mercedes 2

Y si la competición estaba comprimida, lo mismo cabe decir del clima que acompañó al trazado todo el sábado. Casi como si se quisiera recuperar el tiempo perdido, la primavera y el verano que apenas han lucido en Cheste, unido al invierno, en el trazado valenciano hubo nubes, viento, nubes muy cerradas, lluvias, y cielo despejado con altas temperaturas –propias de un agosto valenciano-, lo que supuso un reto para los equipos, que tuvieron que lidiar con condiciones cambiantes casi al minuto.

A primera hora de la mañana, tras cruzarse con algunas caras conocidas tanto en el equipo de dirección del circuito, comisarios y equipos, con una sensación de haber pasado mucho tiempo –más que los seis meses que llevamos afectados-, era el silencio lo que definía el trazado. El silencio que se rompió con la emoción del sonido de un motor, otro, y otro más. Es cierto que eran los sonidos de los V8 de Ferrari o Mercedes, o el V6 boxer de Porsche, los que aturdían de nuevo los sentidos, pero los 4 cilindros de los TCR, o incluso los de los clásicos que participaban también en el evento no desmerecían tampoco, creando con ello una sinfonía casi olvidada que volvía a erizar la piel. El síndrome de abstinencia había sido excesivamente duro.

Leon

Y si encima tuvimos seis bonitas carreras en el trazado, con emoción por la victoria, la sensación de plenitud al final de día, con un campeonato que se confirma como el más interesante en el plano nacional en el ámbito de los Gran Turismos y la resistencia, con parrillas generosas en participantes pese a los difíciles tiempos que vivimos, todo lo cual hace que el éxito de la jornada fuera rotundo.

Así, en la categoría principal del día, la ‘GT-TCR’, que dividía su parrilla de 17 participantes entre GT y Turismos, fue el magnífico Ferrari 458 de Josep Mayola y Francesc Gutiérrez quien dominó la jornada, partiendo en la pole position en las dos carreras y venciendo ambas, si bien no sin trabajo, al verse superado en el inicio de ambas por el Porsche GT3 Cup de Joan Vinyes, que les dio mucho trabajo para superarle, reviviendo la legendaria rivalidad Ferrari-Porsche. Pero en la distancia de los 48 minutos y una vuelta a que se disputa la carrera, fue el Ferrari, vueltas rápidas de carrera incluidas, quien venció. Cosas de la vida, un Ferrari venciendo mientras a miles de kilómetros al norte, en Spa-Francorchamps, los F1 de la Scuderia rubricaban una actuación pésima. Pero, como dijo una vez Carroll Shelby, en algún lugar del mundo hay un Ferrari venciendo, y eso es parte de su atractivo. Ese lugar del mundo, esta vez, fue Valencia.

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En TCR estuvo más repartido el sabor de la victoria, aunque fue el Seat Leon Cupra TCR quien dominó a los Audi RS3, con victorias para Ferrán Mendez en la primera carrera y para la pareja de Mikel Azcona y Evgeni Leonov en la segunda, con bonitas luchas en grupo gracias a la notable igualdad de los coches de la categoría. Por su parte, en las carreras de las Clases 1 y 2 del CER, las victorias fueron para Luis González y su Peugeot 308 Cup en las dos carreras, con una soberbia actuación. Por su parte, la más relajada de las competiciones, el Open Old Timer, las victorias fueron para Raúl Cerrada y para Albert Coll, ambos a los mandos de sendos BMW 325i E36.

El CER se encamina ahora a Jerez, donde estará el 29 de septiembre, mientras que el Circuit de la Comunitat Valenciana se prepara para recibir el Campeonato de España de Superbike el 12 y 13 de septiembre, mientras que las cuatro ruedas regresarán del 25 al 27 de septiembre con el Racing Weekend –con la F4, el campeonato de España de turismos y la Clio Cup-. Todo ello, si la evolución del virus lo permite.

Ferrari 458 2

Quizás por ello el fin de semana que nos regalaron V-Line y el Ricardo Tormo fue más intenso de lo ya de por sí habitual.

Y es que la rueda volvió a girar.

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