Almacén F-1

Presente, pasado y futuro del deporte del motor

LOS LUNES AL BOX: GRAN PREMIO DE ESPAÑA 2020.-

Ruido. Mucho ruido después de la carrera del 70 Aniversario en Silverstone alrededor de Ferrari y Sebastian Vettel. El ruido propio de una crisis n la relación profesional: un equipo que no tiene el material que el piloto necesita y que ya no se centra en quien ha sido licenciado para final de año, y un piloto que no está al nivel que el equipo espera y que ve cómo su joven compañero de equipo le supera con asiduidad y facilidad. Ruido en la semana en que se cumplía el 32 aniversario de la muerte del fundador de la marca, a quien esta situación desagradaría, pero a buen seguro saldría en defensa de sus ‘colaboradores’. Internamente sería la furibunda tempestad que recabaría los puestos de algunas personas, una purga para regenerar el equipo. Pero, ¿eliminar a los pilotos? Volvamos al presente. No es sensato, y quizás tampoco es necesario en un año oficialmente dado por perdido. Quizás Ferrari pueda exprimir la experiencia de Vettel en comprender por qué falla el coche, mientras trata de ayudarle. Pero si alguien espera ver a Vettel fuera de Ferrari, quizás se equivoque, aunque en Ferrari se ha visto casi de todo. De momento, para España, el alemán estrenaría un nuevo chasis, al descubrirse que el anterior presentaba daños.

Lo mismo que Carlos Sainz en McLaren, que tendría un chasis nuevo, además de otros componentes de motor, en un intento de solucionar los problemas de refrigeración que asolaron al español en la anterior carrera. Y ‘nuevo’ era Sergio Pérez, que dejaba atrás su cuarentena por el Coronavirus y volvía a reclamar su asiento en el Racing Point RP20. Un coche que seguía en la picota de la legalidad, pero que veía aliviado el frente en contra. Porque, sin que resulte sorprendente, McLaren y Williams retiraban su intención de apelar la decisión de la FIA. ¿Por qué? Sólo hay que mirar a la parte trasera de esos monoplazas, ahora y en el futuro. Ahora, a Williams, que tiene a Mercedes como motorista. En el futuro, a McLaren, que en 2021 usará las unidades de potencia alemanas. Así que no cabe duda de que desde Mercedes, que es por otro lado algo llamativo al ser el equipo copiado, seguramente advirtieron a ambos equipos de lo inconveniente de proseguir con su actitud.

Mientras tanto, la FIA anunciaba la posibilidad de que para el Gran Premio de Bélgica y si no para el 2021, se prohibiesen los mapas de motor de clasificación, en una medida supuestamente tomada para frenar la ventaja del equipo Mercedes en la sesión del sábado que decide la parrilla. Medida que a priori se antoja inocua para las antiguas Flechas de Plata, puesto que su amplia ventaja no se cimenta –no sólo- en los mapas de motor, sino en una vasta variedad de razones que hunden sus raíces sólidamente en afianzar un rendimiento muy por encima del de sus rivales. Así que es posible que sean sus rivales –se piensa de inicio en Red Bull- los que más sufran con esta restricción, al perder el extra que da un mapa de motor agresivo.

Y así se llegaba al Gran Premio de España, en pleno agosto, con un calor algo mayor que lo habitual que hacía que los pilotos destacasen ese aspecto. Y es que la carrera suele celebrarse en mitad de la primavera, con tiempo cálido pero no tórrido. Pasarla a mitad de agosto, en pleno verano, supuso unas temperaturas más altas, especialmente en el asfalto, lo que llevó a Pirelli, previsora, a traer la gama de compuestos más duros –C1, C2 y C3- para sus neumáticos. Y así dio comienzo el viernes, con dos sesiones de entrenamientos libres que dejaron las cosas muy claras respecto a la superioridad de los Mercedes. En la primera sesión, en la que Roy Nissany tomaba los mandos del Williams de George Russell para ejecutar un aparatoso trompo que recordó la delicada incursión de su padre en unos libres de F1 a los mandos de un Minardi en Hungría hace ya muchos años, los Mercedes arrasaron. Claro, primera sesión, pista todavía ‘verde’, cargas de gasolina, y todos los demás condicionales que se suelen poner encima de la mesa.

En el circuito en el que dan más vueltas al año en los años recientes, Bottas fue líder con un tiempo de 1’16’’785, con Hamilton a sólo 0’039 segundos. Max Verstappen estaba a 0’939 segundos del líder, con los dos Ferrari sorprendentemente cerca –Leclerc cuarto y Vettel quinto, separados por sólo 0’011 segundos entre ellos-. Sin embargo, los primeros libres dejaban una pintura extraña más allá de los tres primeros: los Ferrari muy arriba, un Haas sexto –Grosjean-, los McLaren muy perdidos en la clasificación, como los Renault. Quizás sólo había que hacer caso al hecho de que los neumáticos no parecían presentar problemas graves a estas alturas.

La segunda sesión dejó de nuevo a los Mercedes sobradamente por encima. Hamilton fue más lento que Bottas en la primera sesión, con un tiempo de 1’16’’883, dejando a Bottas a 0’287 segundos, pero a Max Verstappen a 0’821, una distancia igualmente grande. En general no se rodó en exceso, pero los neumáticos presentaron su solidez de nuevo. Volvió a sorprender Grosjean, quinto, pero en general la clasificación se hizo más lógica: Ricciardo era un brillante cuarto, Leclerc era sexto con Vettel duodécimo, mientras que Sainz, Pérez y Ocon colocaban a sus equipos en posiciones más esperadas. Mal rendimiento por parte de Lando Norris, decimocuarto, y preocupante en Albon, justo delante del inglés, y con una ligera salida de pista en su vuelta rápida, lo que le hacía perder casi 8 décimas con Verstappen.

Pero, ¿y la carrera? ¿Qué posibilidades había de que Verstappen volviese a incomodar a los Mercedes, incluso a ganarles? El holandés tenía claro que en clasificación no podría hacer seguramente nada, pero mantenía cierta esperanza en su ritmo de carrera. Desde luego, no sería con los blandos, con los que los Mercedes tenían un ritmo de casi medio segundo con el holandés, pero quizás sí con el medio, donde la confrontación directa entre Hamilton y Verstappen les dejaba prácticamente con el mismo ritmo, sólo testimonialmente más lento para el holandés. El duro parecía excesivamente duro para la carrera, y muchos pilotos se quejaron de que no ofrecía agarre, pero Bottas hizo una tanda de simulación que fue muy rápida sin apenas degradación, por lo que quizás Mercedes podría planteárselo. Destacable el ritmo de carrera de Sebastian Vettel con blandos y medios, no sólo por delante de su compañero de equipo con solvencia, y en lucha directa con los Racing Point. Preocupante el ritmo de los McLaren, netamente los peores de la zona media en esta carrera. Pero todo dependería del tratamiento de los neumáticos el domingo, y si eso permitiría hacer sólo una parada, u obligaría a ir a dos.

El sábado es sol seguía siendo fuerte, con 44 grados en el asfalto. Los terceros libres no arrojaron grandes novedades respecto al viernes, con los dos Mercedes siempre en cabeza y cerca uno de otro: esta vez Hamilton con un tiempo de 1’17’’222 y Bottas a 0’151 segundos. Los tiempos eran lentos, y quizás por eso Verstappen se acercó a 0’515 segundos, lo que abría cierta puerta de esperanza. Esta se cerraba en Vettel, que volvía a estar retrasado, en duodécima posición, mientras Leclerc se afianzaba en la sexta. Por su parte, Carlos Sainz tenía una gran sesión y se colocaba cuarto, si bien de manera algo ficticia. En todo caso la velocidad estaba ahí. La sesión terminó poco antes de lo previsto debido a un accidente de Esteban Ocon a la salida del curvón de derechas. Había dejado pasar a Kevin Magnussen, quien a su vez levantó el acelerador porque detrás de ambos, en vuelta, venía un Alpha Tauri. Sin embargo, Esteban Ocon se despistó mirando los retrovisores y no se percató de que el danés de Haas había seguido la misma trayectoria para dejar espacio: reaccionó con rapidez, pero bloqueó las ruedas traseras y el Renault salió despedido hacia el muro de la derecha, rompiendo el morro pero sin mayores consecuencias. Ninguno de los dos pilotos fue sancionado.

En un circuito como el de Montmeló, la clasificación es importante. Pero fundamentalmente se estaba viendo que era importante llegar con los neumáticos blandos en buen estado al último y revirado tercer sector. Ahí es donde todos estaban trabajando. De modo que la primera sesión no tuvo demasiadas sorpresas, puesto que un monoplaza que no funciona en este circuito, no supone una amenaza. Así que fueron los Haas –Magnussen y Grosjean- los Williams –Russell y Latifi- y el Alfa Romeo de Antonio Giovinazzi quienes quedaron eliminados. Quizás por velocidad, quizás por experiencia, Esta vez Kimi Räikkönen pasó a la segunda sesión, rehabilitándose de su último lugar en el anterior Gran Premio. Por delante, más allá de escaramuzas en posiciones adelantadas –nadie podía tomar seriamente el segundo lugar de Pérez o el quinto de Charles Leclerc- la sesión fue tranquila para los Mercedes, y en general, para el grupo medio. Quizás sorprendió el bajo rendimiento de los Renault, en lo que era un preaviso de lo que estaba por venir. Como Hamilton, que con su 1’16’’872, cómodo y lento, dominó la sesión.

La segunda sesión de clasificación no vio a nadie tomar una decisión arriesgada con los neumáticos en clave estratégica, ni siquiera el Red Bull de Max Verstappen. Todos se ciñeron al blando, salvo un Kimi Räikkönen que tuvo que usar el medio para su segundo intento. A los dos Mercedes les bastó con un único intento, como a Max Verstappen: así de delante del resto estaban. Lewis Hamilton marcó un 1’16’’013 secundado a 0’139 segundos por Bottas y a unos lejanos 0’505 segundos por Verstappen. Tras ellos, Stroll fue cuarto y Pérez salvó una primera vuelta delicada con errores para ser séptimo. Quien no pudo enmendar nada fue Vettel: una primera vuelta con errores en la zona del estadio y en la última chicane, y una segunda vuelta que le permitió mejorar el tiempo y estar entre los diez primeros momentáneamente. El tiempo en que Pierre Gasly –que sigue brillando en su rendimiento- tardó en pasar por meta y colocarse quinto, lanzando a Vettel al undécimo lugar por tan sólo 2 milésimas respecto al décimo clasificado, un Lando Norris que sufrió más de lo que era esperado.

Con Vettel cayeron Daniil Kvyat, a quien Gasly sigue dominando, Ricciardo y Ocon –el francés decimoquinto- en lo que fue un inesperado resultado para los de Renault, viendo cómo parecía encaminarse el fin de semana. Sin embargo, el ritmo de carrera era mejor que el de algunos clasificados para la tercera ronda, por lo que quizás su baza estaría en la larga distancia. Decimocuarto fue un estupendo –a la vista del material- Kimi Räikkönen.

Y llegó la tercera sesión. No todos contaban con dos juegos de neumáticos blandos nuevos, pero sí los Mercedes, por ejemplo. En realidad, en su caso era indiferente, y de hecho bastó con el primer intento para definir las posiciones. Lewis Hamilton registró un 1’15’’584 que se mantuvo como el mejor tiempo de la sesión y del fin de semana, asegurándole la pole position número 92 de su carrera deportiva, estadística en la que sigue creciendo su record. No mejoró en su segundo intento, quizás sabedor de que Bottas tampoco lo había hecho con el suyo, manteniendo su primer tiempo que le había dejado a 0’059 segundos del líder del equipo. Cerca, muy cerca, prácticamente la misma vuelta. Pero esta vez tuvo que doblegarse, aunque en su orgullo queda que el inglés no pudo rebajar el tiempo de la pole de 2019 marcada por el finlandés con un 1’15’’406.

En realidad, muchos pilotos no mejoraron en su segundo intento, como Max Verstappen, que también certificó su tercera posición con uin 1’16’’292 que le dejaba a unos lejanos 0’708 segundos de Hamilton. Quien sí mejoró el tiempo, aunque no la posición que ya ostentaba, fue Sergio Pérez, cuarto en parrilla, seguido de Lance Stroll, que en este caso no mejoró en su segunda vuelta. Un buen resultado conjunto para Racing Point, y un gran regreso de Sergio Pérez a la competición. Hasta ellos, el grupo que se había quedado a un segundo -1’005- de los líderes. Luego llegaba el escalón de rendimiento.

Allí lideraba, en una buena sexta posición, Alexander Albon, que superó por sólo 0’015 segundos a Carlos Sainz, que finalmente tuvo que conformarse con el séptimo lugar en el Gran Premio de casa, pero con el temor de un rendimiento en carrera peor que en la clasificación. Pero es que el grupo medio seguía apretado, porque Sainz aventajó en tan sólo 0’040 segundos a su compañero Lando Norris, que mejoró notablemente su segunda vuelta. A su vez, para mayor emoción, sólo 3 milésimas permitieron a Norris estar por delante del noveno clasificado, Charles Leclerc, que a su vez superaba por sólo 0’049 al décimo, Pierre Gasly. En total, poco más de una décima de diferencia entre el sexto clasificado y el décimo. Ahí estuvo la verdadera emoción de la sesión.

El domingo la temperatura seguía siendo alta, de 50 grados en el asfalto y 30 en el ambiente. Max Verstappen tuvo que hacer uso de un motor antiguo por un pequeño problema en el que había utilizado el sábado, sin que le supusiera sanción. Igualmente, Lewis Hamilton recibía autorización de la FIA para cambiar el neumático delantero izquierdo al detectar un problema que ponía en riesgo la seguridad. Más allá de eso, todo estaba listo para la disputa del 50º Gran Premio de España de Formula 1.

Al apagarse las luces del semáforo, Lewis Hamilton puso el primer paso para su victoria mientras que Bottas desperdiciaba toda posibilidad de ataque hacia su compañero de equipo con una mala salida, siendo atacado primero por Verstappen, luego por un valiente Stroll –brillante la salida del joven canadiense- e incluso amenazado por Sergio Pérez. De segundo a cuarto, mientras otros tenían una buena salida, como Gasly, que pasaba al octavo lugar.

Lewis era líder neto sobre Verstappen, Stroll, Bottas, Pérez, Albon. Sainz. Gasly, Leclerc, Norris, Vettel, Ricciardo, Kvyat, Magnussen, Räikkönen, Ocon, Grosjean, Russell, Giovinazzi y Latifi. Un liderato que abría el espacio preciso para que Verstappen no tuviese el DRS, pero que estaba inicialmente enfocado a conservar los neumáticos y evitar problemas como los vistos en Silverstone. Mientras tanto, Bottas se las veía con un correoso Stroll, que luchaba contra quien sabía que no iba a poder, demostrando su desparpajo: finalmente en la vuelta 5, con DRS, el finlandés se colocó en tercer lugar llegando a la primera curva. A partir de ahí comenzaron una serie de vueltas con la estabilidad típica de una carrera en un circuito excesivamente conocido por todos los pilotos y equipos, unido a un trazado que no favorece el adelantamiento.

Eso fue incluso cuando Hamilton decidió que, al acercarse la primera parada, era necesario abrir la distancia con Verstappen. Desde la vuelta 11 a la 15 marcó vueltas rápidas de carrera una tras otra, pasando de los 1’3 segundos a los 4’1, y aumentando en las vueltas siguientes. Una clara demostración de dominio que iba a seguir desplegándose en el trazado español. Los pasos por boxes los inició Alexander Albon en la vuelta 18, colocando el neumático duro, pensando quizás en una única parada. Mientras tanto, su compañero de equipo empezaba a quejarse de sus neumáticos blandos que empezaban a perder todo su rendimiento. Por eso en la vuelta 22, el holandés pasó por boxes y colocó los medios, saliendo justo delante de Lance Stroll. Eso abrió definitivamente el paso por boxes.

Los Mercedes optaron por una doble parada en la vuelta 24, ambos para colocar los medios. La parada fue mala, 4’3 para Hamilton y 3’1 para Bottas, que salió detrás de Max Verstappen sin poder recortarle tiempo. Quizás la frustración de ver a Hamilton intocable, a Verstappen otra vez delante y el calor de España en agosto, hizo que el finlandés se quejase por radio del calor que provocan los monos negros que ahora usa el equipo. Ferrari también hizo una doble parada en la 30, medios para Leclerc, blandos para Vettel. En esa misma vuelta paró Pérez, a por el medio, saliendo detrás de un Sainz que había parado siete vueltas antes. No duró mucho el español delante del mexicano: en la siguiente vuelta, el Racing Point pasó al McLaren para ocupar la séptima posición. Eso dio paso a una bonita lucha entre Stroll y Pérez, que el canadiense ganó de momento.

Así se llegaba a mitad de carrera, con Hamilton líder con 3’8 segundos sobre Verstappen, que tenía 2’3 sobre Bottas, y tras este se abría ya una gran diferencia, 40’7 segundos con Daniel Ricciardo –que aún tenía además que pasar por boxes-, y a quien seguían Stroll, Pérez, Sainz, Ocon –sin parar- Albon, Gasly, Norris, Leclerc, Kvyat, Vettel, Russell, Räikkönen, Giovinazzi, Magnussen, Grosjean y Latifi.

De hecho, el tapón creado por Ocon provocó lo más emocionante de la carrera, con un grupo desde él a Kvyat muy compacto, con luchas especialmente incisivas entre Gasly, Norris y Leclerc, éste último a punto de tocarse varias veces con el McLaren, pero sin más consecuencias y, lo que es peor, sin cambios de posiciones. Sólo una posible llegada de lluvia, que descargaba en poblaciones cercanas al circuito, puso algo de posible imprevisión a una carrera que, como es tónica habitual, suele ser muy ordenada.

En mitad de esa estabilidad, la imagen de un Ferrari trompeado a la salida de la chicane dio un ligero sobresalto –y la posibilidad de un coche de seguridad-. Era Charles Leclerc, cuyo motor tuvo un probema y se apagó bloqueando las ruedas traseras en plena aceleración encarando la segunda parte de la curva. El monegasco logró arrancar el Ferrari, pero para constatar la lentitud del coche y volver a boxes para abandonar definitivamente en la vuelta 40. En esa misma vuelta, se abrió la ventana de las segundas paradas.

Sorprendentemente, Albon pasó por boxes de nuevo y puso los medios: el duro no era ni rápido ni efectivo. Verstappen le siguió en la vuelta 42, con medios, y Sainz en la 43, también con el compuesto marcado de amarillo por Pirelli. Carlos salió de la calle de boxes emparejado con Albon, que venía más rápido y con las gomas en plena ventana de rendimiento. Pero el español no quiso ceder, aguantó n la curva 1, en el curvón de la 3, y asfixió al exterior en la 4 al tailandés. La posición era suya. La ausencia del alarido de alegría de la grada ante semejante defensa se hizo más intenso si cabe: el silencio más allá de las pistas es frío.

Fue la maniobra de la jornada. Porque Bottas, que paró en la vuelta 49 y puso blandos, no fue capaz de llegar a Verstappen. Mientras tanto, Hamilton dobló hasta el quinto clasificado en la vuelta 54, en ese momento Sebastian Vettel. El alemán había pedido a su equipo órdenes sobre el ritmo, que no llegaron. Vueltas después, para frustración del alemán, el equipo le preguntaba si podría llegar hasta el final. El alemán expuso las vergüenzas del equipo y dijo que sí, que lo haría. No tenían nada que perder: parando perderían toda opción de puntos.

Obviamente, los neumáticos blandos del Ferrari fueron perdiendo eficacia, y fue adelantado por Stroll y por Sainz, para caer al séptimo lugar. Pero nadie podría con él. Como nadie podía como Hamilton, cuya llegada como líder provocó que tanto Pérez como Kvyat recibieran una sanción de 5 segundos por ignorar las banderas azules. Eso comprometió la buena carrera del mexicano, que se vio presionado por Stroll, dentro de la distancia de los 5 segundos, y por Sainz, cerca de entrar en ella y quitarle otra posición.

Mientras tanto, Hamilton intentó hacerse con la vuelta rápida, pero se la quitó Bottas por dos veces, la última tras pasar por boxes en la vuelta 64, poner un juego de medios, y marcar un 1’18’’183 en la última vuelta, nuevo récord del circuito de Montmeló. Es lo único que se le escapó a Hamilton este fin de semana, cruzando la meta en primer lugar por 88ª vez en su carrera deportiva, la quinta en España –y cuarta consecutiva-. Su dominio fue más abrumador que nunca, con una distancia abismal respecto a quien no fuese Verstappen o el otro Mercedes, y aun con estos era muy grande. ¿Mapas de motor? Si después de esta carrera alguien cree que los mapas de motor son la clave, demuestra su equivocación. Salvo que signifique que van a capar a los motores Mercedes con 100 caballos menos.

Un dominio tremendo que no se vio refrendado por un doblete, ya que Bottas estuvo gris, y con el mejor coche de la parrilla no pudo ni poner en dificultades a quien está haciendo un año espectacular: Max Verstappen volvió a ser segundo, y se afianza en la misma posición en la clasificación del mundial. Lástima del abandono en la primera carrera, más que nada porque aunque no sería un serio rival para Mercedes, al menos el holandés mantendría cierta tensión en este campeonato que, raro ya de por sí, se ve empañado por un dominio tan severo por parte de Hamilton.

Cuarto fue Lance Stroll, aunque quinto en la pista. Los Racing Point intercambiaron sus posiciones en meta, pero ambos firmaron una excelente carrera, justo la que ya iba siendo hora que rubricasen. Se les cuela ese irreductible holandés, lo que les priva del podio, pero en esta pista pudieron hacer lucirse al polémico RP20. Circuito que es sin duda talismán para Carlos Sainz, que desde su debut siempre ha acabado en los puntos en el Gran Premio de España. En esta ocasión fue un gran sexto, luchando con coches que tenían mejor ritmo y mejor trato a los neumáticos. De ahí la grandeza de esa sexta posición, aderezada con alguna buena maniobra en pista. De hecho, Norris sólo pudo ser décimo.

Hay que reconocer que la gestión de la carrera por parte de Sebastian Vettel fue brillante. Hacer sólo una parada, y hacer durar los neumáticos blandos 36 vueltas, en Montmeló, en agosto, con 50 grados en la pista, está al alcance de muy pocos. Así que el séptimo que logró el alemán tiene más valor que el de los escuálidos puntos que suma. Es el valor de una carrera inteligente y madura, obteniendo lo que nunca debió haber logrado. Desde la undécima posición, el alemán salvó a la Scuderia tras el abandono de Leclerc, que sigue sin embargo siendo más rápido que el alemán, aunque todavía con el ímpetu de la juventud. Se nota, en todo caso, la frialdad entre Sebastian y el equipo. Y es que el alemán no ha dicho nunca una mala palabra, ni ha tenido un mal gesto, pero ya no oculta con sus comentarios la realidad de una Ferrari sin norte.

Alexander Albon fue octavo, en una carrera que se vio condicionada por la estrategia, pero que el tailandés realizó de manera impecable. Pero saliendo sexto, debería haber acabado más arriba. Tras él llegó su amenaza, Pierre Gasly, en otra gran actuación del francés, que atacó y defendió durante casi toda la carrera. Tras él, Norris, y fuera de los puntos, un decepcionante Daniel Ricciardo, que al igual que su compañero Ocon –decimotercero- no estuvieron en ninguna parte durante toda la carrera, sin opciones y sin capacidad de puntuar. No como Kvyat, que acabó duodécimo pero estuvo luchando con Vettel: quizás otra estrategia le había dado al ruso un resultado similar al de Gasly.

Decimocuarto, luchando con los medios a su alcance, acabó Kimi Räikkönen, que encabezó el grupo de cola con Magnussen, Giovinazzi, Russell, Latifi y Grosjean. Poco que destacar en el grupo de cola, que en un circuito tan exigente como el español sufrió más que compitió. Sólo Kimi puso ímpetu en su Alfa Romeo, incluso con un adelantamiento a Grosjean electrizante.

Así pasó la F1 por su pista de test oficial, en la que ahora mismo es la última carrera prevista de F1 en España: no hay carrera contratada para el año que viene. Esta estuvo en el alero, y de hecho había caído. Se vuelve a la misma situación de hace unos meses, agravada por la situación económica mundial. Porque este año la F1 ha venido ‘gratis’, pero en 2021 habría que pagar de nuevo el canon. Así que, en el medio siglo de nuestro Gran Premio, que hunde sus raíces mucho antes de que naciese este campeonato del mundo de pilotos, posteriormente también de constructores, la F1 pasa con las gradas en silencio y dejando el sabor agridulce de un dominio como quizás no se ha visto jamás en toda la historia del automovilismo internacional.

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