Gran Premio de Francia de 1925: Montlhéry se estrena con la muerte de Ascari.-
Tras la espectacular exhibición de Alfa Romeo en el G.P. de Europa en Spa-Francorchamps, los coches de Gran Premio se disponían a celebrar la tercera prueba del recién creado Campeonato del Mundo de Constructores. Y estrenando otro nuevo circuito, tras Spa. En este caso se trataba del autódromo de Linas-Montlhéry, situado a unos 25 kilómetros al sur de la capital de Francia, París.
El autódromo se había construido en 1924, impulsado por el industrial Alexandre Lamblin, dueño de una fábrica de radiadores para motores de coches y aviones, y editor de la revista «l’Aero-sport». Su mirada estaba puesta en los grandes modelos de circuitos del momento: Brooklands, Indianápolis, Monza. Es decir, con un trazado oval. Así que Lambin adquirió cien hectáreas entre las poblaciones de Monthléry y Nozay, y se dispuso a construir el Autódromo.
El diseñador de la pista fue el ingeniero Raymond Jamin, que presentó un trazado oval con dos rectas de 180 metros y dos curvas peraltadas con un radio de 250 metros y una inclinación de 33 grados, para un total de 2.548 metros. El inicio de las obras se produjo en marzo de 1924, y el 4 de octubre, apenas 6 meses después, se inauguró la nueva pista. Más de dos mil personas, entre albañiles, conductores, carpinteros y metalúrgicos fueron empleados para, con 1.000 toneladas de acero y 8.000 metros cúbicos de hormigón, acabar la pista. El objetivo obvio de la pista era acoger el Gran Premio del Automóvil Club de Francia, el prestigioso A.C.F. Y eso lo consiguió para 1925.
Sin embargo, con el oval no bastaba, así que para 1925 se construyó la versión rutera que, desde los boxes y la tribuna situada en el oval, se adentraba por los boxes para completar un trazado total de 12.500 metros, con tres variantes, la larga, o las llamadas «Les Quatre Bornes» de 5 kilómetros y la «Coulard» de 6.3 kilómetros. Todo ello sin perder el carácter rápido de la pista, algo peligrosa también por algún salto. Pero sería la primera vez que el G.P. del ACF se disputaba en una pista construida para ello, y además, con una distancia de 1.000 kilómetros, al programarla para 80 vueltas, lo que superaba en 200 kilómetros los 800 mínimos requeridos por el reglamento.
Sólo tres países estarían representados en la carrera prevista para el 26 de julio: Italia, Francia e Inglaterra. Por los italianos, obviamente, el equipo Alfa Romeo llegaba con sus P2 y Antonio Ascari como estrella, junto a Giuseppe Campari y Gastone Brilli-Peri. Frente a ellos estarían sus únicos –y débiles- rivales en Spa, los franceses de Delage que corrían casi literalmente en casa, al estar su sede cerca de París. Por supuesto, Robert Benoist era el gran favorito entre los galos, con Albert Divo y Louis Wagner como compañeros, los tres conformando un equipo muy fuerte del que había sido despedido René Thomas, mientras el coche había sido mejorado. También estaba Bugatti con sus T35 sin sobrealimentador, con Jules Goux, Giulio Foresti, Meo Costantini y Pierre y Ferdinand De Vizcaya como pilotos, ambos de nacionalidad española. Por Inglaterra estaba Sunbeam con su modelo de 2 litros de 6 cilindros en línea sobrealimentado para Giulio Masetti, Henry Segrave y Caberto Conelli como pilotos. En total, habían sido 17 los inscritos, pero sólo tomarían la salida definitivamente 14.
El equipo Alfa Romeo se tomó muy en serio el estreno de Montlhéry, y ya el 10 de julio llevó a cabo una sesión de entrenamientos privada para conocer el nuevo circuito, con un ritmo lento que no impidió que Brilli-Peri tuviera un ligero incidente en la curva de Faye. De hecho, Antonio Ascari veía muchos peligros en el trazado:
«Este circuito presenta dificultades y peligros que no son útiles ni para hombres ni para máquinas», afirmó. “A lo largo de solo dos tramos y hasta en esa espléndida sección inclinada, no puedes hacer nada acercándote a toda velocidad. Para el resto de la pista, debes reducir la velocidad y tener mucho cuidado de no salirte de la pista».

Los Alfa Romeo P2 de Giuseppe Campari (#3) y Antonio Ascari (#8)
Salida de pista que es lo que le ocurrió al piloto reserva de la marca italiana el segundo día de pruebas para la carrera. Carlo Sozzi volcó en la curva a izquierdas cerca de Les Biscornes, debido a un defecto de la propia pista. NI el coche ni el piloto tuvieron grandes daños, pero la pista seguía mostrándose peligrosa. El último día de pruebas, viernes antes de la carrera del domingo, que vio la llegada definitiva de todos los equipos y pilotos. Los Alfa Romeo P2 parecían los mejor preparados para el circuito, pero en todo caso la parrilla de salida se iba a decidir por sorteo, lo que dejó a Henry Segrave en la pole, Campari segundo y Pierre de Vizcaya tercero, cerrando la primera fila, con Divo, Masetti, Ascari, Goux, Benoist, Conelli, Brilli-Peri, Costantini, Wagner, Ferdinand de Vizcaya y Foresti tras ellos.
El domingo, el presidente de la República, Gaston Doumergue, fue el primero entre los 50.000 espectadores que se congregaron para ver la carrera, cuya salida estaba prevista a unas tempranísimas 8 de la mañana. Pero al caer la bandera francesa, nada cambió desde el anterior Gran Premio, y fue Antonio Ascari el que se encaramó al liderato desde su sexta posición en parrilla colándose entre Segrave y Campari, que tuvo una mala salida. Pero en la tercera vuelta, ambos Alfa Romeo ya eran líderes, como en Spa, Ascari delante de Campari, con Brilli-Peri en cuarto lugar acercándose al tercero. Los P2 seguían siendo el coche de referencia y las pequeñas mejoras de los Delage, y pese al voluntarioso esfuerzo de Albert Divo que mantuvo el segundo lugar al principio, cerca de Ascari, hasta tener que detenerse por 5 minutos en boxes para cambiar las bujías y perder una vuelta.No duraría mucho más en carrera: en la vuelta 7 se dirigió a boxes y abandonó con problemas de sobrealimentador.

Robert Benoist – Delage
Los Delage volvían a mostrarse poco fiables, pero esta vez también afectaría a los Alfa Romeo, en concreto al de Brilli-Peri, que tuvo que entrar a cambiar las bujías y cayó al último lugar, mientras en el liderato, Ascari abría una distancia notable con sus perseguidores, lo que le permitía parar en boxes en la vuelta 15 sin riesgo de perder el liderato. Allí pidió cambiar a gomas más estrechas, mientras Vittorio Jano le pedía ir más despacio. “Estoy sólo paseando”, fue la respuesta de Ascari. Pero los neumáticos más estrechos no funcionaron, y tuvo que volver a parar dos vueltas después, perdiendo mucha ventaja respecto al actual segundo, Benoist, que había superado a Campari en boxes, que cedía sólo veinte segundos y se disponía a recuperar el segundo puesto. Era la vuelta 20, y una ligera lluvia hizo acto de presencia. En la vuelta 23, Benoist paraba en boxes y cedía la segunda plaza a Campari. Pero el doblete en el liderato de la prueba para Alfa Romeo estaba a punto de acabar.
Recta de Saint-Eutrope, tras dejar atrás la meta y el circuito oval. Antonio Ascari con el pie a fondo, acercándose a la ligera curva de izquierdas. El P2 posicionado quizás demasiado agresivo, y las ruedas traseras que derrapan a 180 kilómetros por hora. Una rueda tocó ligeramente la empalizada y se desencadenó la tragedia: el Alfa Romeo clavó su morro y después salió catapultado a gran altura, lanzando a Ascari fuera del habitáculo y cayendo sobre las ruedas para desplazarse hacia un lado. El piloto André Boillot, que estaba viendo la carrera, fue el primero en acudir en su auxilio. Ascari, con el cuerpo destrozado, aún estaba consciente y hacía ademán de retirarse los guantes, sabedor de que la carrera estaba acabada. Entonces perdió la consciencia, con las ambulancias tardando en llegar y luego llevando al piloto al centro médico del circuito. Nada que hacer, salvo llevarlo rápidamente a París, donde Ascari jamás llegaría vivo: al llegar a la población de Linas, falleció, llevando la ambulancia el cuerpo al garaje de Alfa Romeo que ocupaba en la ciudad. Mientras tanto, los comisarios de pista habían apartado como podían el Alfa Romeo P2, que quedó volcado en una zanja al lado de la pista.

El Alfa Romeo de Antonio Ascari yace volcado en la cuneta
Giulio Ramponi, el mecánico de Ascari, lloraba mientras Giuseppe Campari ocupaba el liderato de la prueba delante de Masetti, Segrave y Divo –que ocupaba el lugar de Benoist-, con el resto ya doblados. Poco después, Divo haría la vuelta rápida de carrera, en la 39, con un tiempo de 5 minutos y 48 segundos. Justo a mitad de carrera, sólo Divo no estaba doblado pero a más de dos minutos de distancia, con Masetti en tercer lugar a una vuelta, Costantini y Wagner a dos, Goux a tres, Foresti a cuatro, Pierre y Ferdinand de Vizcaya a cinco y Brilli-Peri en último lugar a siete vueltas de su compañero de equipo. En ese momento, dos horas después del accidente de Ascari, la megafonía de Montlhéry acalló los motores anunciando la muerte del piloto de Alfa Romeo. La marca tomó la decisión de retirar inmediatamente sus coches, de modo que tanto Campari como Brilli-Peri tomaron la calle de boxes y apagaron sus motores. Apenas dos años antes, en septiembre de 1923, antes de la disputa del Gran Premio de Italia en Monza, Alfa Romeo también se había retirado por la pérdida de Ugo Sivocci. La tragedia volvía a golpear a la marca de Il Biscione.
Pero la carrera siguió, con Benoist recuperando su asiento en la vuelta 41 tras repostar gasolina Divo, y tomando el liderato de la prueba, seguido de Masetti a una vuelta. La carrera entró en una larga fase de estabilidad, hasta que en la vuelta 70, Paul Torchy –ocupando el Delage de Wagner- adelantaba a Masetti por el segundo lugar. Ya nada cambiaría, y tras casi 9 horas al volante, a las 16:54 horas, Benoist cruzaba la línea de meta como vencedor compartido con Divo, logrando la victoria para Delage, un triunfo de una marca francesa en el Gran Premio de Francia que no se producía desde 1913, cuando aquél 12 de julio vencieron Georges Boillot y Peugeot en el circuito de Amiens. Segundo llegaba el otro Delage compartido por Wagner y Torchy, mientras que Masetti era tercero. La felicidad francesa se completaba con el hecho de que los cinco Bugatti T35 inscritos finalizaron la prueba sin ningún incidente de fiabilidad.

Los vencedores, Robert Benoist y Albert Divo, con el Delage 2LCV
La tristeza infinita estaba a poca distancia de allí, en el cuartel general de Alfa Romeo para esta carrera establecido en Linas. Allí fue velado Ascari, y su hermano Vittorio llegó por la mañana. En Linas hubo una ceremonia religiosa y el cuerpo se llevó a París, desde donde acabaría llegando el martes por la noche a Milán. El cuerpo de Antonio Ascari se llevó al Portello, donde fue nuevamente velado, y el jueves 30 de julio, con 2000 personas presentes en el Cimiterio Monumentale, Antonio Ascari recibió sepultura. Delage había empatado en el liderato del campeonato con Alfa Romeo, pero en ese momento las carreras no tenían importancia. Monza aún quedaba muy lejos.