Almacén F-1

Presente, pasado y futuro del deporte del motor

GP CHINA 2014: ESTRELLAS A AÑOS LUZ Y PEQUEÑAS NEBULOSAS.

Un Gran Premio de China sin demasiadas novedades, pero con muchas repercusiones. Cuatro carreras de mundial, y todas las vueltas de todas las carreras lideradas por un Mercedes, las cuatro carreras ganadas por la marca de la estrella, todas las poles, todas las vueltas rápidas. Y un Lewis Hamilton que supera en victorias a una leyenda del automovilismo (y de Mercedes) como Juan Manuel Fangio. Rosberg, líder del Mundial, le saca casi el doble de puntos al tercer clasificado, Fernando Alonso, y Mercedes 97 puntos al segundo, Red Bull, en el de constructores.

Decir en la cuarta carrera que el título está sentenciado es atrevido, pero visto lo visto, la duda es quién de los dos pilotos de las flechas de plata se alzará con la corona, si repetirá Hamilton, o si se estrenará Rosberg. Es cosa de dos. La abrumadora superioridad de los de Bracley va a ser prácticamente imposible de contrarrestar, aunque se esperan las mejoras de los demás equipos. Sobre todo de Red Bull, el único que realmente puede seguirles el paso. Pero aunque mejoren tanto como para ponerse al nivel de Mercedes, estos –y sus pilotos- pueden ir ya casi con la calculadora, y pueden empezar a no necesitar ganar.

Pero que nadie lo espere. Mercedes tiene un equipo muy bien conjuntado, desde chasis, pasando por motor, a pilotos, y sus mejoras no serán pocas, ni malas. Así que, si nos pareció aburrido el final de 2013, este 2014 va a ser más de lo mismo, pero con otro equipo.

En la carrera de hoy se ha visto el verdadero potencial de sus monoplazas. No en Hamilton, que también, el cual se ha ido a placer con un ritmo que nadie ha podido ni soñar alcanzar, sino sobre todo por Nico Rosberg, que desde la cuarta posición inicial, y tras el toque en la primera curva con el Williams de Valteri Bottas, ha caído hasta la sexta plaza. Desde ahí, con un ritmo preciso y constante, ha ido subiendo posiciones hasta enmendar el error y firmar otro doblete para Mercedes con la segunda plaza. Impresionante, más aún porque el piloto alemán tuvo que hacer la carrera sin que sus ingenieros tuvieran datos de telemetría, y por lo tanto, sin poder controlar los parámetros del coche, algo vital en estos días.

Tercero ha sido un Fernando Alonso que, en una pista favorable a Ferrari, ha sacado verdadero petróleo. Una carrera sin errores y muy constante, que a punto ha estado de quedar en nada en la primera curva, cuando ha tocado a Felipe Massa. Sí, Alonso ha tocado a Massa, porque éste, que si bien es cierto que venía de realizar una maniobra arriesgada y se ha colocado en medio de Vettel y Alonso, en el momento del toque no estaba realizando ya ningún giro, y ha sido el español el que, al intentar tomar la curva, ha contactado con el brasileño. Lance de carrera, nada de culpables ni sanciones, pero así ha sido. Tras eso, su carrera ha sido muy inteligente, y ha superado a los dos Red Bull con margen, dando pruebas de que piloto hay, y de que el coche, si mejorara, podría aspirar a ser el mejor del resto.

Triste carrera la de los Red Bull, que salían en posición de podio, pero no han podido conservarlo. Buena carrera de Ricciardo, que vuelve a superar en velocidad y consistencia a su compañero Vettel. El alemán, que ha tenido algún tipo de problema técnico hacia mitad de la carrera, se muestra como un piloto apagado, que lucha con su máquina, pero no le extrae su rendimiento óptimo. El Red Bull adolece sin duda de una ocupante falta de potencia. Era muy visible hoy en la larga recta de Shangai, cuando ni siquiera con DRS podía acercarse al Ferrari de Fernando Alonso. Luego, en curva, es una maravilla, y por eso es el equipo que más puede acercarse a los Mercedes al llegar a Europa. Ahora viene casi un mes sin Grandes Premios, así que es de esperar mejoras en el Red Bull (y en todos los demás, obviamente).

Lamentable la actuación de Mclaren hoy. Doblados. No hay mucho más que decir. Su buen resultado de Australia fue un espejismo (ese Gran Premio es propicio para que ocurran), y se están desinflando conforme pasan las carreras. Recordemos que en Bahrein abandonaron ambos monoplazas, y hoy esto. Si fuera Ferrari, ya se estarían escuchando los tambores de guerra… Lo que nos lleva al tan difundido rumor de la marcha de Alonso al equipo británico. Sin duda está cansado de Ferrari (y hoy su lenguaje corporal en el podio no era precisamente de felicidad u optimismo), pero uno se plantea si la vuelta a Woking es el mejor camino. Hablar por hablar, porque siempre han tenido una gran capacidad de desarrollo, y la llegada del motor Honda en 2015 puede ser un gran revulsivo. Pero a día de hoy, casi mejor quedarse donde está si el destino es Mclaren. Tanto en lo deportivo, como en lo personal (¿en serio volvería con Ron Dennis?).

Brillante Kvyat. Con su Toro Rosso, otra vez en los puntos. Tres carreras de cuatro. Y son las cuatro primeras de su vida. Está superando con claridad a su experimentado compañero de equipo, Vergne, y ha hecho buena la apuesta de Red Bull, que directamente de la GP3 (donde fue campeón el año pasado), lo ha subido a la F-1. El Doctor Helmut Marko sigue teniendo un buen sentido de la calidad. Lo hizo con Vettel, lo hizo con Ricciardo, lo ha hecho con Kvyat. Cierto que otros han sido fiascos, como Buemi, como Alguersuari, o como está pareciendo ahora Vergne, pero por lo general, acierta. Es pronto para adivinar grandes cosas en este joven ruso, pero sin duda su debut está siendo de los mejores de la historia, dado el material con el que cuenta.

Muy perdido Sauber, por otro lado. Un equipo que nos acostumbraba a ser revelador en los primeros Grandes Premios, está muy gris. Todo lo contrario que Force India, quien sigue metiendo a sus pilotos en los puntos, y en buenas posiciones (hoy Hulkenberg ha sido sexto). También muy interesante la lucha de los pequeños, con Marussia por delante de Caterham. Hay talento en esos equipos, con Kobayashi, con Bianchi, con Ericsson, y también con un Max Chilton que está empezando a dejar buenas actuaciones. Siempre contando con el material del que disponen.

Con todo, una carrera bastante anodina. No como las dos primeras, pero desde luego no como Bahrein. La única emoción era ver progresar a Rosberg, porque parecía claro que Ricciardo nunca iba a llegar a Alonso. El 11 de Mayo tendremos el Gran Premio de casa, en Montmeló. Hasta entonces, y a la espera de las posibles mejoras de los equipos, la Fórmula Uno es una competición con una estrella rutilante, y una galaxia de pequeñas nebulosas.

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