Almacén F-1

Presente, pasado y futuro del deporte del motor

PREVIO G.P. AUSTRALIA: COMIENZA LA TEMPORADA.

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Ya estamos aquí de nuevo. Han pasado los cuatro meses de rigor  llenos del frío vacío producido por la ausencia del sonido de los motores. Pero eso terminó. El Gran Premio de Australia, a disputar en el circuito urbano de Albert Park, en Melbourne, arrancará esta temporada de Fórmula Uno, que se presenta con muchas incógnitas.

El cambio de Reglamento nos ha traído los motores turbo, y ese ha sido el principal caballo de batalla de la pretemporada. La nueva “unidad de potencia” (como ahora llaman al propulsor, dado que combina el motor a combustión, el turbo, y el motor eléctrico o ERS) ha sido la verdadera protagonista de los entrenamientos invernales, y con seguridad es la que definirá la supremacía a principios de año.

Porque la aerodinámica se ha visto muy limitada, con lo cual (y nunca mejor dicho) a Red Bull le han cortado las alas. Para colmo de males, el equipo del tetracampeón Vettel se ha encontrado con un motor Renault que ha sido el hazmereir de los test. Cuando parecía imposible que la marca de Viry Chatillon fallara el golpe, dada su notable experiencia con el turbo, han dado con un motor frágil y lento, con problemas muy serios de fiabilidad. Unido a problemas de refrigeración de Red Bull, que parecen solventados (o eso dicen los austríacos). Están, por lo visto en el invierno, en el grupo medio bajo de la parrilla. En resumen, va  a ser un año de calvario para el equipo de la bebida energética, y en buena lógica se podría argumentar que sólo serán vencidos por el cambio normativo, pero ese cambio es igual para todos, y todos lo supieron con tiempo. Incluso su equipo filial, Toro Rosso, ha mostrado un ritmo más interesante que el de Red Bull, hasta el punto de que estos últimos habrían pedido ayuda para la comprensión del funcionamiento de algunos elementos a sus hermanos pequeños.

Y quien verdaderamente trabajó con tiempo y miras fue Mercedes (tanto el motorista, como el propio equipo). Sencillamente, el equipo Mercedes AMG está en otro nivel: su motor es duro como una roca y su coche tiene un ritmo espectacular, prácticamente un segundo superior al resto, algo irrecuperable (salvo cataclismo) en una temporada. Parten como claros favoritos tras los entrenos de pretemporada. Ross Brawn ha dejado el equipo cumpliendo con su palabra: si este año no son capaces de hacerse con el título, tendrán que ver en qué han fallado. Sólo si Hamilton o Rosberg pierden los papeles durante la temporada, se evitará que su equipo sea el campeón este año.

Y por extensión, todos los equipos equipados con motores de la marca de la estrella parten como equipos a tener en cuenta. Como Williams, auténtica revelación de invierno. Su coche es estable, rápido y fiable. Mucho ojo a los británicos, que parecen haber dado, gracias a la ayuda de Pat Symonds, con la tecla adecuada que les devuelva a la zona alta de la competición. El interrogante es si podrán mantener el ritmo de desarrollo durante la temporada, pero al menos han conseguido un patrocinador fuerte como hacía años que no tenían: Martini. Sin duda, hay que contar con ellos para Australia, y están, junto con Mercedes, entre los favoritos. Quizás la única duda sean sus pilotos: Bottas está en su segundo año, y Felipe Massa se ha visto muy apagado todos estos años. Pero ninguno de los dos es mal piloto, y el brasileño sabe cómo llevar un coche a la victoria o al podio.

¿Y por qué no Mclaren antes que Williams?. Bueno, es curioso, pero los de Woking han sido un equipo bastante opaco este invierno. Han marcado buenos tiempos, y evidentemente hablamos de un equipo como Mclaren, pero no transmiten la sensación de haber progresado como Williams o Force India. Ha sido un invierno algo convulso: se fue Whitmarsh y volvió ese hombre de carreras que es Ron Dennis, junto con Eric Boullier proveniente de Lotus, y el joven Kevin Magnussen para debutar en F-1. Quizás son muchos cambios, quizás uno de los peores años en la historia de Mclaren (2013) ha dejado muchas heridas que sanar. Pero el balance general del equipo es que no están tan mal, ni mucho menos, como el año pasado, por lo que habrá que tener un ojo puesto en ellos en cuanto se apaguen los semáforos.

Ferrari se ha convertido en un equipo lleno de incógnitas. Tiene, sin duda, a la pareja de pilotos más fuerte de todo el campeonato, y el coche de base no parece nada malo, pero se encuentra (si creemos los test de Bahrein) a 1 segundo de Mercedes. Se dice que su motor es el que más consume, lo cual va a ser un problema en esta nueva F-1 que sólo permite gastar 100 kilos de combustible. El motor no es en absoluto malo, y el coche parece no adolecer de los problemas congénitos de los últimos años: por fin el túnel de viento se corresponde con la pista. Sin embargo, no son óptimas las sensaciones que desprende el equipo transalpino. Los cambios de normativa nunca han sentado bien a Ferrari (véase la última, en 2009, con una paupérrima victoria), que siempre ha necesitado de estabilidad normativa para desarrollar con continuidad un producto fiable y rápido. Así ha sido históricamente. Tienen a Alonso y a Räikkonen, lo que les da el plus que sólo esos pilotos pueden darles. Pero, seamos claros: no son favoritos para Melbourne, ni se perfila como el coche dominador del año.

Tampoco Lotus, cuya marcha ascendente se ha visto truncada por problemas financieros y la marcha de personal clave (Allison, Boullier, Räikkonen…), sin que parezcan poder seguir el ritmo. El año pasado tuvieron su mejor oportunidad de dar el salto de calidad, pero parece que se ha perdido ese momento. Su alianza con Renault no les beneficia en absoluto, y su pareja de pilotos se caracteriza más por su explosividad e irregularidad, que por sus prestaciones: Grosjean y Maldonado, los auténticos “enfants terribles” del campeonato, si bien hay que decir en su favor que ambos se han calmado bastante, y especialmente el francés demostró una madurez y velocidad interesantes a finales del año pasado, la cual tendrá que refrendar en el presente curso.

Force India y Sauber parecen mantenerse en esa zona media apuntando a alta, sin saber muy bien si sus monoplazas pueden o no dar la campanada. Los primeros cuentan con el motor Mercedes, y con un equipo técnico que, sin caer en extravagancias, está haciendo un buen trabajo los últimos años. Aunque casi lo mismo podemos decir de Sauber. Pueden dar una sorpresa en Australia, pero se irán diluyendo conforme pase el año.

Y los pequeños, Caterham y Marussia, estarán atrás. Su ritmo no ha sido llamativo, ni parecen haber dado un paso significativo. Pero mucho ojo, porque a veces la tortuga gana a la liebre, y no debería ser una sorpresa si  uno de estos dos equipos consiguiera puntuar en el primer Gran Premio ante las faltas de fiabilidad o problemas de consumo de los de arriba. Lo cual salvaría el año de cualquiera de los dos.

Y sin embargo, cualquier tipo de análisis puede resultar mera charlatanería al acabar la carrera de Melbourne. Es cierto que este año los equipos se han escondido menos que en las pretemporadas anteriores (o esa es la sensación), porque son muchos los cambios y las cosas a probar. Pero no podemos olvidar que sólo es la pretemporada, y que ni siquiera después de la clasificación en Australia podremos vaticinar quién se puede llevar la victoria, porque la velocidad a una vuelta puede no servir de absolutamente nada si en carrera se consume demasiado o se sufre de falta de fiabilidad.

Esa es la gran incógnita de una temporada que se presenta muy abierta, al menos al principio, hasta ver cuáles son las virtudes y defectos de los equipos. Así pues, no podemos sino desear que llegue el domingo para empezar a resolver las dudas.

Eso sí, si has de apostar tu dinero, yo te recomendaría como mínimo algún coche que lleve una estrella de Mercedes.

ALGUNOS DATOS DE INTERÉS.

El circuito de Albert Park es un trazado semiurbano que rodea el parque del mismo nombre. Es una mezcla interesante entre un circuito permanente y uno urbano, y por lo general, los muros siempre están muy cerca.

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Lugar: Melbourne. Australia
Longitud: 5,303 km
Vueltas: 58
Hora del GP: 7:00 A.M.
Primer GP: 1996
Distancia de carrera: 307,574 km
Récord de vuelta: 1:24,125 (M. Schumacher – Ferrari F2004 – 2004)
Número de curvas: 16 (10 a derechas y 6 a izquierdas)
Recta más larga: 843 m (Recta principal)
Longitud del pit lane: 280 m
Ránking de vencedores: 
-M. Schumacher – 4
-J. Button – 3
-Prost, Berger, Senna, Damon Hill, Coulthard y Raikkonen – 2

Velocidad media: 220 km/h
Uso del acelerador: 85% de la vuelta
Aceleración máxima: 62% de la vuelta
Mayor período de tiempo a fondo: 8 segundos
Exigencia al motor: Alta-Muy alta
Cambios de marcha por vuelta: 53
Uso de los frenos: 10% de la vuelta
Desgaste de frenos: Medio-Alto
Desgaste de neumáticos: Medio-Alto
Carga aerodinámica: Media-Alta
Consumo: 6,6 L/vuelta (dato del año 2013)
Tiempo perdido en boxes: 19 segundos + parada
Estrategia prevista: 2-3 paradas

 

Hay dos puntos fundamentales de adelantamiento en este circuito. Uno es la primera curva, y el otro es la curva número 3. Precisamente estas son las dos zonas de DRS para este año: la recta principal y la que va de la curva 2 a la 3.

Pirelli trae los compuestos medios (color blanco) y blandos (color amarillo) para este Gran Premio, cuyo asfalto va ganando agarre conforme pasan las vueltas.

EL PUNTO TÉCNICO.

Sin duda, la zona más técnica del trazado es la que va de la curva 10 a la 13, donde, tras una zona en curva a alta velocidad, se desemboca a la chicane “Waite”, una rápida sucesión izquierda-derecha que suele provocar excursiones por la hierba en la salida, y que lleva a otra zona de pie a fondo hasta la frenada de la curva 13. Se puede ganar mucho tiempo trazando correctamente la chicane, pero se necesita un coche muy bien equilibrado para ello.

¿SABÍAS QUÉ?

La carrera más corta de la historia de la Fórmula Uno fue el Gran Premio de Australia de 1991, que duró tan solo 24 minutos, 34 segundos y 899 décimas, o lo que es lo mismo, 14 de las 81 vueltas programadas al circuito urbano de la ciudad de Adelaida. La lluvia torrencial que cayó aquél 3 de Noviembre hizo que, tras unas pocas vueltas y varios incidentes, la dirección de carrera decidiera suspender el Gran Premio, que fue ganado por Ayrton Senna (Mclaren-Honda), seguido de Nigel Mansell (Williams-Renault) y Gerhard Berger (Mclaren-Honda). Fue, además, el último Gran Premio para el tricampeón brasileño Nelson Piquet, que acabó en cuarta posición.

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