G.P. DE COREA 2013: FERRARI, K.O. TÉCNICO.
No hubo tifón finalmente en el Gran Premio de Corea. Ni la lluvia ni el viento arrasaron con nada en la pista de Yeongam, siempre que no pensemos que los meteorólogos se confundieron en el nombre del tifón y en vez de llamarse “Tiflow” se llamaba Vettel. Cuarta carrera consecutiva que gana el alemán de Red Bull. No, no ha sido tan apabullante como en Singapur, pero tampoco se le ha visto en apuros reales. Campeonato más que sentenciado, y bola de partido en Japón (si se dan ciertas circunstancias) para que Vettel certifique su cuarto título mundial.
Porque, si ya era una misión casi imposible antes de Corea, después de esta carrera queda claro que ningún piloto o equipo va a poder detenerle en pista. Quedarían, eso sí, los abandonos. Y aún así, sería difícil que lo perdiera. Porque Ferrari, quien más cerca está con Fernando Alonso, está K.O. Un “knock out” técnico, sin lugar a dudas. No es posible que el monoplaza de Alonso (única baza seria desde hace demasiado tiempo en la Scuderia) no haya sido capaz de superar el 6º puesto final, perdiendo de hecho una posición desde la que partía. No son las manos de Alonso las que han producido este resultado.
Acostumbrados nos tiene (véase, por ejemplo, el reciente G.P. de Singapur) a salvar los muebles en mitad de la tormenta. Pero en algún momento no iba a ser posible. Y hoy ha sido el día. Podría haber hecho lo que fuera: el coche no daba para más. Y seguramente ha quedado hoy en una posición que ni siquiera le correspondía. Lamentable. Si el casi accidente con Massa hubiera tenido peores consecuencias, aún se podrían escudar en alguna excusa externa. Hoy no. Hoy se ha demostrado la debacle. Si Singapur era el todo o nada para Ferrari, hoy se ha comprobado que ha salido el nada. Una auténtica pena, y será mejor que se piense con todos los recursos posibles en el 2014.
Al menos, tras la carrera, queda una noticia de esperanza futura para los de Maranello: el fichaje de Kimi Raikkonen, que desde la novena posición en parrilla ha avanzado con paso firme hasta el segundo escalón del podio. Excitante el adelantamiento del finlandés a su compañero de equipo Romain Grosjean, que sin embargo se ha quejado de que no le han permitido luchar con su jefe de filas. En todo caso, meritoria carrera también la del francés de Lotus, que ha acabado tercero realizando una carrera muy sólida.
La sorpresa, si lo podemos llamar así, ha sido el Sauber de Nico Hulkenberg, cuarto en meta. El coche está respondiendo muy bien, y el piloto germano ha pasado de ser una promesa a ser una verdadero baluarte en la competición: seguro, rápido, y constante. Gran trabajo, y gran futuro el que le espera al joven piloto de Sauber. Habrá que ver en qué equipo recala, si bien parecería un error que Lotus no lo fichase en vez de a Felipe Massa, el cual hoy, en su afán ya desesperado por demostrar su valía, ha cometido un error de pilotaje en la primera vuelta que por suerte no ha terminado en un vergonzoso accidente con su compañero de filas.
Lamentable, por supuesto, la organización del G.P. de Corea. No es comprensible que se prime el dinero a la seguridad y la cordura. La furgoneta de bomberos en plena recta mientras se acercaba la jauría de monoplazas liderada por Sebastian Vettel ha sido una imagen penosa, de la que podemos hacer bromas porque no ha sucedido nada grave: si eso ocurre al salir de una curva, podríamos hablar de un accidente gravísimo de algún monoplaza contra un vehículo no señalizado que nunca debería haber estado ahí. ¿Es que no hay viales de servicio en tan moderno circuito?. Y lamentable para la organización, en segundo lugar, que nadie haya acudido a apagar el incendio generado en el monoplaza de Mark Webber durante mucho tiempo, hasta el punto que ha provocado la calcinación del coche y la salida de un Safety-Car dada la situación incontrolada. El G.P. de Corea está marcado como provisional para 2014, pero si en la Fórmula Uno primara la profesionalidad y la excelencia, esta Gran Premio no debería volver jamás.
A lamentar, por último, las palabras de Paul Hembery, responsable de competición de Pirelli, dirigidas a las quejas de Fernando Alonso sobre el comportamiento de los neumáticos (hoy Webber ha sido más duro diciendo que en Pirelli no piensan en la seguridad de los pilotos). No se le puede decir a todo un bicampeón del mundo, y quinto en el ránking absoluto de victorias en Gran Premio, que se fije en el futuro tetracampeón para tratar sus neumáticos. Inaceptable, más aún porque hoy Pirelli ha vuelto a estar en el filo de la navaja con la explosión del neumático de Sergio Pérez, y la terrible degradación de las ruedas delanteras derechas de casi todos los monoplazas, incluidos los Red Bull. El fantasma de Silverstone ha planeado sobre Yeongam hoy. Sí, Silverstone, donde la integridad física de varios pilotos estuvo en juego por el mal comportamiento de los Pirelli. Modificaron los compuestos, y ya parece que se nos ha olvidado aquella peligrosa situación, sumidos en la polémica del hecho de cambiar las gomas a mitad de la temporada. Es cierto que fue una decisión que ha favorecido a ciertos equipos en detrimento de otros, pero era absolutamente necesaria, como bien ha recordado hoy en la retransmisión Pedro de la Rosa. Eran muy peligrosos, y más allá de a quién beneficien los cambios, era una cuestión de seguridad para los pilotos. Y en eso no puede haber dudas ni críticas. Pese a que hayan influido en el devenir del campeonato.
Campeonato que queda sentenciado. Si Sebastian Vettel gana en el próximo Gran Premio de Japón y Fernando Alonso no es mejor que octavo, ya estará el título de pilotos adjudicado. Vettel saca 77 puntos a Alonso. Y si no es el domingo que viene, cosa que se antoja difícil, puede que lo consiga en el G.P. de la India. Vettel tiene a los rivales contra las cuerdas, y está a punto de asestar el golpe definitivo que le otorgue el combate. Los demás sólo se preguntan por dónde les han venido los golpes.